Hace un año, una asociación de Galdakao (Vizcaya) puso en marcha una iniciativa para reducir las ingentes cantidades de alimentos aprovechables que acaban en la basura. Bautizaron su idea como la nevera solidaria. En estos puntos de intercambio, cualquiera puede poner o coger, según su situación, alimentos que no vayan a ser consumidos o estén cerca de su fecha de caducidad. Uno de sus promotores, Álvaro Sáiz, encontró la inspiración al ver cómo los centros comerciales no entregaban a los necesitados los alimentos sobrantes.

Con la nevera solidaria, quien recoge los productos asume la responsabilidad del estado de la comida. El control de los voluntarios permite supervisarlos. AITOR UBARRETXENA