--Usted es un histórico de la hostelería en la plaza de España. ¿Habrá visto pasar de todo por el ayuntamiento que tiene en frente?

--Llevo aquí desde 1973, empecé a trabajar aquí con 15 años, antes que hubiera elecciones. He visto a todos los alcaldes que ha tenido Mérida, desde las primeras elecciones.

--¿Qué le parecen los políticos? ¿Cree que sólo en elecciones se acuerdan de los ciudadanos?

--Creo que siempre es positivo que haya elecciones, porque si una cosa no te interesa, tienes la opción de poder cambiarla, pero luego cada uno que voto lo que crea conveniente. Pienso que los políticos hacen lo que pueden.

--¿Usted irá a votar?

--Claro, siempre voy a votar.

--¿Y tiene decidido a qué partido votará?

--Sí, yo tengo mis ideas claras y siempre voto al mismo, no me cambio.

--No le voy a poner en el compromiso de decirme a quién votará...

--Yo soy un trabajador, qué quiere que le diga.

--La hostelería es un sector muy afectado por la crisis. ¿Lo está notando en su trabajo?

--Se está quejando todo el mundo y la hostelería no va a ser menos, está toda la gente mal. Aquí noto que la gente consume menos, pero también lo noto en otros sitios, las personas, si la cosa está achuchailla prefieren quitarse de tomar una cerveza que de otras cosas más fundamentales para la vida diaria.

--Pero su trabajo no peligra...

--Hasta el momento aguantamos aquí, aunque está la cosa jodida, pero la cosa está tan mala que tenemos que ceder un poco.

--¿Qué le pediría a los políticos para ayudar a su sector?

--Siempre le echamos la culpa de todo a los políticos, pero creo que los ciudadanos también tenemos un poco de culpa. Aquí en Mérida nos estamos salvando un poco por el turismo, por los monumentos, porque la industria se la han cargado.

--¿Qué sería de Mérida y de la hostelería sin el turismo?

--De esta tema del patrimonio sí se están preocupando; está todo mucho más bonito y cuidado que hace unos años. Siempre todo es mejorable y queremos más, pero sin dinero no se pueden conseguir las cosas. Si no fuera por el turismo, Mérida sería un caos, estaríamos perdidos. Ahora, con el buen tiempo llegan más turistas a la ciudad y los bares lo notamos, pero a lo largo del año también la visita mucha gente, también con los festivales que hay, y dejan aquí dinero.