"Hay muchas familias desectructurasdas, juventud sin formación, sin educación cultural y con un paro enorme. Eso es un gran hándicap para una barriada marginada y que necesita una atención especial", explica Nicasio Vargas, presidente de la Asociación Nuevos Caminos de San Lázaro, en Mérida. Reconoce que en ocasiones hay roces, pero "no es una cuestión de gitanos y payos, sino de pura convivencia". Por eso propone medidas para reeducar a los vecinos conflictivos, como ha ocurrido con algunos que se dedicaban a la venta de drogas. "Hemos conseguido que se integren y lo dejen simplemente hablando con ellos, visitando a cada vecino en su casa para conocer sus problemas", asegura. Ahora reclama mejores servicios (limpieza, sanidad), afrontar el tema de la vivienda y fomentar tanto el empleo como la formación.