«Decía el artista Andy Warhol que todo el mundo tiene derecho a sus cinco minutos de gloria. Pues yo, el 14 de diciembre de 1988, a las doce del mediodía en la plaza de España de Mérida, tuve los míos. Porque nadie daba un duro por nosotros, y lo conseguimos. Extremadura se paró, se sumó a la huelga». Lo relata con gran emoción. Quien fuera secretario general de CCOO en Extremadura, Martín Alfonso Polo, recuerda una jornada histórica, «un día importante para todos los trabajadores». Cuenta un hecho concreto: «Le firmamos un papel a un conductor de autobuses para que los piquetes no le molestaran porque debía llevar a varios pacientes a un centro de salud».