"Siempre he sido la gordita de la clase, pero nunca me ha marcado psicológicamente, lo he llevado bien", confiesa Ana Isabel Leal, una vecina del municipio cacereño de Ceclavín, que con solo 30 años pesa 117 kilos lo que le ha provocado una obesidad mórbida. Hace dos meses llegó a pesar 127 kilos, "sin ningún trauma", matiza, pero tras sufrir un trombo en una pierna que le obligó a estar ingresada en el hospital y ver peligrar seriamente su vida decidió iniciar una dieta de choque que, hasta el momento, ya le ha permitido bajar 10 kilos. "Ser obesa es un factor de riesgo y el médico me recomendó bajar de peso", comenta.

"De más joven ya estaba gordita", reconoce ella misma, pero asegura que el problema del exceso de peso se agravó a partir de tener a su primera hija. "A los 21 años, cuando me quedé embarazada, engordé 12 kilos que después logré quitarme, pero con mi segunda hija volví a engordar otros 13 y ahí ya no me los quité, sino que además iba poniendo más", explica. De momento, su único aliado para bajar peso son las dietas y asegura que la opción de operarse "nunca se me ha pasado por la cabeza", confiesa. De momento, asegura que come "bien" y aunque los dulces son su pasión, "solo los como en ocasiones contadas", afirma.