Sherezade tiene 23 años. Es la más joven de los heridos que dejó ayer el accidente ocurrido en Galisteo. Pasadas las ocho de la mañana salió de Alagón en dirección a Plasencia con sus abuelos, mayores de 60 años, en la parte trasera del vehículo. Les acompañaba a renovar el DNI del abuelo, pero no pudieron llegar a tiempo a la comisaría placentina.

No pudieron porque les sorprendió una espesa niebla, pero también «una nube de humo negro de la fábrica de aceite de Galisteo». Por eso, «fui frenando, pero de repente me encontré con un coche delante y choqué. No iba a más de 50 o 60, pero hasta que no lo tenía encima no lo vi». Recuerda que fue una reacción en cadena porque enseguida les golpearon por detrás y también por un lateral.

Lo primero que hizo fue llamar al 112. Pasados los primeros momentos, «un señor salió del coche de delante y nos preguntó si estábamos bien. Yo salí también a estirar las piernas y ya empezó a dolerme todo, porque al principio, del susto no te acuerdas ni de los dolores».

Porque, una vez que recibió el alta en el hospital de Plasencia, al que fueron ella y sus abuelos en una ambulancia, lo que más recuerda es el tremendo susto que pasó. «Íbamos en dirección a Plasencia y veías más coches en el carril contrario, veías a la gente en el suelo tirada. Me dijeron que por qué no me había echado a la cuneta, pero cómo me iba a echar si saltaban coches por todos lados, no había escapatoria».

Al hospital placentino llegaron ayer un total de 20 heridos, según comunicó el consejero de Sanidad, José María Vergeles, a mediodía, tras visitarles acompañado por el alcalde. En esos momentos, un hombre de 59 años estaba siendo intervenido de sus dos miembros inferiores y su familia recibía atención psicológica. Su estado era crítico, según informaba pasadas las tres de la tarde el 112.

Finalmente, al abuelo de Sherezade le trasladaron a Cáceres con heridas en clavícula, esternón y un coágulo de sangre pendiente de reabsorber y su abuela tiene varias costillas rotas, según informó un familiar.