Una vez cerrado el nuevo modelo del Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe) que ha sido concertado con los agentes sociales y económicos de la región, no hay que perder más tiempo para abordar los compromisos acordados, que pasan por dotar de recursos este Servicio Público de Empleo, pero sin dejar de contemplar, como eje vital, la aplicación de una estrategia de implicación, renovación y motivación de todos los trabajadores y trabajadoras del Sexpe. Todo ello con el objetivo de dotar de alma un edificio desvalorizado que debe albergar expectativas para más de 400.000 trabajadores y las 100.000 personas desempleadas que hay en Extremadura.

Comisiones Obreras apuesta por una reforma estructural que resuelva la difícil ecuación de la intermediación entre oferta y demanda, con herramientas vivas como el Observatorio de Empleo que anticipe las emergencias, el Instituto de las Cualificaciones y el Consejo de la Formación para iniciar el reconocimiento de la experiencia laboral y el diseño de una formación certificable.

La Junta de Extremadura debe tener la valentía de potenciar su autonomía, porque solo así podrá ejercer el liderazgo político reclamado para aunar esfuerzos y recursos en la administración y adaptación de las políticas activas de empleo, descentralizándolas en ocho zonas que deben ser catalizadoras de estrategias territoriales en la cualificación de nuestra mano de obra para un empleo de calidad y sostenible.

Comisiones Obreras al concertar este modelo no está hablando de una mano de pintura, sino que nos debemos reclamar ese esfuerzo colectivo y compromiso para activar su potencialidad y que todo se traduzca en la creación de empleo estable.

Podremos tener tiempo para su evaluación en los próximos meses, pero nos faltará si hemos errado.