Que te concedan libertad e intimidad para decidir sin presiones qué hacer ante un embarazo en la adolescencia es lo que más valoran las protagonistas de la reforma que les permitirá, si finalmente se aprueba, interrumpir un embarazo sin ninguna autorización. En general esta norma tiene más detractores que partidarios entre una veintena de jóvenes de 16 y 17 años con las que ha hablado este diario. Principalmente porque "es una situación delicada y necesitas apoyo", cuenta Pilar. Alba de 16 años está de acuerdo con el cambio porque "nos da más libertad de elección".

Todas las consultadas están a favor de la interrupción del embarazo a partir de esta edad, y siete de las 20 abortarían ahora mismo sin decírselo a sus padres, aunque no irían solas a la clínica. El resto tiene claro que lo dirían en casa, sobre todo buscarían a sus madres. "Abortar no deja de ser una operación que tiene secuelas psicológicas y las chavalas de mi edad aún no tenemos conciencia suficiente de lo que puede suponer", dice Cristina, una joven de 17 años. Parecen conscientes de que se trata de una decisión importante y de que existen riesgos pero casi todas lo harían en estos momentos de sus vidas. "A esta edad un bebé te estropea la vida", dice otra Cristina. Pero hay más puntos en contra: "Sobre el aborto tenemos poca información, estamos en pleno desarrollo y asusta afrontarte a no sabes muy bien qué sola", asegura Elena, de 16 años.

El problema de base según Eva es que "hoy hay suficiente información y anticonceptivos al alcance de cualquiera como para quedarse embarazada. La vida es uno de los mayores derechos del ser humano para jugar con ella así", por tanto ella tiene claro que seguiría adelante con un embarazo, "si no fuera por una violación y si no hay riesgos, claro".

"Las jóvenes a esta edad tienen poca cabeza pero tienen aún menos las que siguen adelante con algo que te cambia la vida", apunta Javier, de 17, mientras sus amigas reflexionan. En todo caso es una cuestión que a nadie deja indiferente y menos a las jóvenes con las que ha hablado este diario, que parecen tener claro que la medida es "excesiva" y "nos están dando mucha libertad a gente que aún no tenemos una mentalidad muy formada", considera Tamara, de 16 años. Ante lo que sale al paso Belén: "Es como todo, los hay inmaduros a cualquier edad".

A Tania, de 16, además le asustan los riesgos: "Me puede pasar algo y mis padres no se enterarían. ¿Y si tengo una hemorragia durante la interrupción o me pasa algo?", se pregunta.

No beber, sí abortar

"La reforma del Gobierno está bien planteada en cuanto a objetivos pero no en su procedimiento", lanza Javi, de 17 años, que no pierde detalle al debate surgido junto al instituto El Brocence de Cáceres mientras sus amigos le aplauden por lo bien que ha resumido su idea --"Pareces un político Javi"--. "No es normal que con 16 no seamos mayores para beber, fumar, sacarnos el carnet de conducir, ni ir a la cárcel y sí para decidir algo que marcará nuestras vidas", interrumpe Ali, de 17 años, que no se posiciona claramente. Tiene argumentos a favor y en contra. "Para una muchachina de nuestra edad quedarse embarazada es traumático pero quitarle la vida a un ser puede serlo más", dice mientras se plantea qué haría si fuera su caso. "Antes de hacer nada se lo diría a mis padres, no me siento capacitada para tomar esa decisión y encima pasar por ello sola, que tiene que ser muy duro".

Sus posturas ante una situación así dicen que no están ligadas a la educación sexual que reciben en casa, escasa en la mayoría. Aunque esta decisión también "depende de los padres que te hayan tocado", apunta Raquel de 17 años --los suyos nunca le hablan de sexo--. Como dice María: "si me lo permiten al menos evito el disgusto a mis padres". Este es el principal argumento de las que afirman que si se les da la posibilidad acudirían solas a abortar. Raquel y María apoyan esta opción, y como las otras cinco que lo harían, creen que afrontarlo sin sus padres será complicado, "pero me daría miedo decírselo", señala Carmen de 16 años. Sin embargo cree que la medida no es acertada. "Al tener todo al alcance desaparece cualquier percepción de riesgo. Siempre habrá una solución fácil", concluye Raquel.