La familia Velasco es una de las muchas que han acogido a los peregrinos de distintas nacionalidades que estos días se pasean por las calles de Cáceres.

Diez visitantes procedentes de Brasil llegaron ayer a casa de Piluca y Carlos, que tomaron esta decisión al considerarlo una experiencia muy enriquecedora tanto espiritual como culturalmente.

Estos jóvenes no se conocían antes de llegar a la capital cacereña y para la mayoría de ellos también es la primera vez que van a ver a Benedicto XVI. En el grupo hay dos sacerdotes, una religiosa, un seminarista, y seis estudiantes. Sin embargo, todos trabajan con jóvenes ayudando en grupos de catequesis en las parroquias de Brasil.

Los peregrinos coinciden en que Cáceres es una ciudad muy bella, y se emocionan al dar las gracias a la familia de acogida extremeña. "Es muy significativo haber acogido a tantas personas en una casa, nos han abierto sus puertas y sus corazones", afirma Ana Mari de Souza, de 33 años.

La familia Velasco y los visitantes brasileños acogidos en su hogar comparten un sentimiento religioso que les lleva a emocionarse y vivir la fe cristiana de una manera especial estos días en Cáceres.