«Seguiremos viniendo como voluntarias, porque pelearemos por encontrar una solución», aseguran. El pasado miércoles fue el último día de trabajo para las seis empleadas de Amadrovi, la asociación de Madres contra la Droga de Villafranca de los Barros. Después de dos décadas accediendo a la ayuda anual del IRPF que les ha posibilitado desarrollar una labor continuista (en 2017 fueron unos 90.900 euros), este año han recibido cero euros. Significa que se quedan sin dinero para pagar los seguros sociales que les permite ser trabajadoras y que tendrán que reducir y suprimir los proyectos. Esta subvención les reportaba el 75% de su financiación.

Entre todas las acciones, atienden a más de 3.000 usuarios de la comarca de Tierra de Barros. Tienen en marcha 10 programas que ahora han sido paralizados por falta de recursos y que abarcan la atención ambulatoria, el centro de encuentro y acogida, prevención en colegios e institutos, intervención con familias en riesgo de exclusión social... También otro de reeducación de agresores por violencia de género (18 usuarios) que sí podrá mantenerse porque está financiado con esa mínima parte del IRPF social que ha gestionado el Estado y que sí les ha llegado (el 80% lo repartía la Junta y el otro 20% el Ministerio). Igualmente podrá seguir el centro de día, gracias a la ayuda del SES. «Pero nos hemos quedado sin el resto. Ya hemos empezado a acudir a los bancos por si alguna obra social nos puede ayudar, pero no sabemos cuándo llegará el dinero».