La Guardia Civil ha desmantelado una de las más importantes redes internacional de contrabando de tabaco organizadas por extremeños mediante una operación que se ha saldado con la detención de ocho personas, entre ellas dos cacereños considerados los cabecillas de la organización y encargados de los contactos en el extranjero.

En la denominada Operación Nido , la más importante de los últimos cinco años desarrollada en las provincias de Cáceres, Sevilla y Valencia, el cuerpo de seguridad se ha incautado de 350.000 cajetillas de tabaco rubio, además de proceder a la intervención de una nave en la capital sevillana, en la que se almacenaba la mercancía, así como un camión de gran tonelaje, un remolque, dos vehículos ligeros, nueve teléfonos móviles y diversa documentación.

EMPIEZAN LAS INVESTIGACIONES

Según informa la Guardia Civil, las investigaciones se iniciaron cuando miembros del cuerpo de seguridad detectaron que los cabecillas de la red se reunían en cafeterías de carretera, en las que esperaban la llegada de un camión con matrículas falsas que transportaba el tabaco de contrabando. De igual forma, los implicados se utilizaban unos a otros como tapadera de coches-pilotos para eludir la presencia policial.

Ante esta situación, la Guardia Civil montó un dispositivo especial con el fin de proceder a la detención de los ocho integrantes de la organización y la intervención del camión utilizado para el transporte. En su actuación, el cuerpo de seguridad descubrió en una nave un zulo conformado con cajas de frutas que servían de tapadera para ocultar las cajas de tabaco, utilizando para ello planchas de corcho que simulaban el doble fondo del almacén.

Tras ello procedió a la detención de J. L. R., de 43 años, y J. S. C., de 52, ambos naturales de Cáceres, J. C. F, de 37 años y natural de Tarragona, J. B. L., de 68 años, y R. B. G, de 66, vecinos de Valencia, J. R. F, de 62 años y vecino de Sevilla, y J. V. R., de 42 años, y A. S. M., de 43, ambos de Córdoba.

En cuanto al modus operandi de la organización, el clan extremeño era el encargado de conseguir el tabaco, para lo que contactaba con los productores chinos que lo hacían llegar hasta Portugal vía Bulgaria. Luego, aprovechando los circuitos de contrabando asentados en el país luso, la mercancía era introducida en España, en donde se almacenaba en un nido de Sevilla, para su distribución al mercado andaluz y valenciano, donde se ponía en manos de los consumidores finales saltándose los controles aduaneros.

Los responsables de la red de Extremadura y Sevilla cuidaban de mantener oculto el almacén, para lo que no dejaban que los valencianos se acercaran al nido mientras se cargaba el camión.

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La última operación policial se desarrolló en el municipio cacereño de Casar de Cáceres