Más del 80% de los fumadores se muestran dispuestos a dejar el tabaco, lo que en Extremadura supone que unas 300.000 personas han tomado conciencia de que este hábito es perjudicial para su salud. Sin embargo, casi todos terminan fracasando y apenas un 5% logran su propósito, mientras el resto recaen al cabo de días o meses. Los expertos cifran el cinco años el tiempo necesario para saber si se ha superado la adicción. El problema es que dejar de fumar sin ayuda, o con la ayuda de remedios ´milagrosos´ (chicles o parches de nicotina) es muy difícil, y, según los neumólogos, se precisa ayuda especializada.

Aquí entra en juego una curiosa paradoja: la Administración sanitaria incide con frecuencia en el altísimo coste que para el sistema público tienen las enfermedades provocadas por el tabaquismo pero se muestra remisa a financiar, como una prestación más de la sanidad, los tratamientos de desintoxicación. Para los especialistas, la cuestión está clara: abordar el problema sólo desde la prohibición apenas lo solucionará, y deben arbitrarse, además, medidas que lo afronten como una adicción que precisa tratamiento médico.