La onza de oro volvió a alcanzar el pasado viernes un máximo histórico en el mercado de Londres, donde cerró a 1.274 dólares, lo que supone una subida del 0,11% con respecto a la jornada del jueves. Este persistente auge del oro se justifica por su condición de valor "refugio" en el contexto de incertidumbre económica en que se mueven los inversores.

La onza al contado llegó a tocar a lo largo de la jornada un precio récord de 1.282 dólares, dentro de la escalada que protagoniza el metal dorado desde comienzos de año, en la que el coste de esta materia prima se ha revalorizado en más de un 17%. Además, el clima de inquietud financiera que salpica los mercados ha hecho que los inversores consideren que el oro preservará su valor mejor que las monedas. En los últimos diez años, el precio del oro ha subido un 300%.