La de muertes en carretera no es la única lista negra en la que las víctimas no se descuentan sino que se suman a las ya existentes. Ocurre lo mismo con la siniestralidad laboral, una circunstancia que cada año cuesta la vida a decenas de trabajadores. De hecho, tan solo durante el 2006, 23 personas han fallecido en la región por accidentes mientras trabajaban.

La cifra podría ser bastante superior. Según las últimas estimaciones, cada año se producen en la comunidad autónoma cerca de 25.000 accidentes laborales, entre siniestros leves y graves. De ellos, al menos 15.000 accarrean algún tipo de baja.

Así y de acuerdo con los registro del Instituto Nacional de Empleo (Inem), el número de personas que se ven obligadas a cesar en su ocupación de forma temporal o total como consecuencia de un accidente mientras trabajaba se ha estabilizado entorno a los 15.000 casos anuales. En este sentido, el 2002 marcó un pequeño punto de inflexión en Extremadura, al alcanzar el pico de 16.072 siniestros laborales y culminar varios años de continuo aumento. En el 2003 la cifra bajó hasta los 14.360 accidentes, pero desde entonces la lista de víctimas ha ido creciendo ejercicio tras ejercicio.

Tendencia alcista

Hace dos años se produjeron en la región 15.217 bajas laborales. Las previsiones para el 2006, a la espera de que se cierren los datos definitivos, dejan entrever que el número será similar o incluso mayor. De hecho, si se atiende a las estadísticas actualizadas hasta octubre --último mes disponible--, durante el pasado año se produjeron 13.516 siniestros con suspensión laboral, lo que supone un incremento del 7,5% respecto al mismo periodo del 2005 y una una media superior a los 45 accidentes diarios --prácticamente dos cada hora--.

Ante esta situación, los dos sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, han demandado a las administraciones nuevas medidas para el 2007 con el objetivo de frenar el problema de la siniestralidad en la región. Entre ellas, han propuesto la creación de un organismo autónomo que se ocupe de los accidentes laborales y la salud en el trabajo, pero también insisten en que es necesario que se persiga judicialmente los delitos en esta materia.

Ambas fuerzas sindicales han valorado como positivo el descenso de la mortalidad en el trabajo durante el 2006, al reducirse de 38 (en el 2005) a 23. Sin embargo, han alertado del incremento de los accidentes con heridos, especialmente los de carácter leve.

Por ello, el secretario general de UGT en Extremadura, Miguel Bernal, ha exigido el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y los acuerdos regionales que existen en esta materia. Pero también ha insistido en la necesidad de cerrar "la mitad" de los servicios de prevención de riegos laborales que existen en la comunidad autónoma, ya que, en su opinión, incumplen la legislación, engañando a los empresarios o siendo cómplices de aquellos que voluntariamente no la respetan.

Además, recuerdan que Extremadura es la región con menor tasa de accidentes leves por población afiliada a la Seguridad Social, la tercera con más siniestros graves y está dentro de la media de mortalidad.