No es más que un plan previo al estudio para el proyecto, pero algo es algo. A su paso por el Senado, PSOE e IU introdujeron una enmienda al presupuesto estatal que dota con un millón de euros una nueva partida, donde se contempla el estudio de viabilidad para la posible reapertura del ferrocarril Ruta de la Plata.

Esta línea, que antes unía Gijón con Sevilla, configurando un eje ferroviario que vertebró el oeste peninsular, cumple precisamente en estos días los 21 años desde su cierre. Fue con Felipe González como presidente del Gobierno y Enrique Barón como ministro de Transportes, a principios de 1985, cuando se decidió la supresión de una serie de líneas que se consideraban muy deficitarias.

Entre ellas figuraba una parte de la Ruta de la Plata. De este modo, el tren dejó de ir desde Asturias hasta Andalucía, y quedó partido en dos: de Gijón a Astorga y de Plasencia a Sevilla. En medio, 330 kilómetros de vacío, de raíles abandonados.

Desde ese momento, y en varios periodos, los distintos gobiernos han amagado con la reapertura completa del trazado, pero nada se concretó.

Promesa de Zapatero

Al llegar Rodríguez Zapatero a la Presidencia, la promesa se repitió. No en vano el nuevo presidente es leonés. En principio, y tal y como expresó Zapatero a Rodríguez Ibarra durante la primera visita del presidente extremeño a La Moncloa, a poco de la toma de posesión de aquel, el estudio se iniciaría a partir del 2013, y estaría incluido en el nuevo plan de infraestructuras.

Sin embargo, los ejecutivos de Extremadura y Castilla y León pidieron que se adelantase el proceso. Así se hará con la enmienda aprobada.

De este modo, a lo largo del 2006 es previsible que se licite el concurso para realizar el estudio de viabilidad, que marcará si la línea se reabre o no, y si se reabre, en qué tramos, porque puede que la actuación no se ejecute en todo el trazado.

El estudio también debe determinar si el Ruta de la Plata estará destinado preferentemente a mercancías o será de tráfico mixto.

En principio el tramo que tiene más posibilidades es el que une Salamanca y Zamora, de 70 kilómetros, y que costaría no menos de 60 millones de euros. Como segunda prioridad se contemplaría el Zamora-Astorga, de 120 kilómetros y un coste estimado de 100 millones de euros.

En tercer lugar se plantearía el trazado Salamanca-Béjar, de unos 70 kilómetros, y que supondría otros 60 millones de gasto. Por último se abordaría el Béjar-Plasencia, con otros 70 kilómetros pero un coste superior, de no menos de 90 millones de euros, al tener que construirse un túnel a la altura de Puerto de Béjar.

En todo caso, desde el PSOE castellanoleonés ya se ha advertido del que no se pondrá en marcha nada que no sea viable, por lo que todo está sujeto al estudio por realizar.

Mientras, fuentes del sector ferroviario apuntan que los costes de la reapertura de este trazado serán mayores de lo que se maneja actualmente. Esto se debe a que el tramo está completamente abandonado desde hace más de dos décadas, lo que ha deteriorado de manera notable las infraestructuras hasta inutilizarlas.