Con tono duro y actitud contundente, la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, instó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a asumir su responsabilidad y, en una nueva resolución, a tomar medidas contra Irak "en aras de la seguridad y la paz mundial" ya que el régimen de Bagdad no colabora con los inspectores encargados de verificar el desarme. Tan fuerte fue el tono utilizado por la ministra, que poco después desde la Moncloa se suavizó el contenido de sus afirmaciones.

Palacio insistió en que Irak "no ha cambiado de actitud" respecto al cumplimiento de las resoluciones dictadas por la ONU y rechazó rotundamente la petición franco-alemana de alargar y reforzar el sistema de inspecciones de Naciones Unidas, avalado por varios países. "Estaríamos lanzando un mensaje de debilidad del Consejo y perderíamos credibilidad", dijo. "Sería interpretado como que estamos dispuesto a volver a discutir los términos de referencia de la resolución 1441", dijo.

"La solución de este problema es que Bagdad cumpla con las resoluciones de la ONU y no la modificación del sistema de inspecciones, como pretenden ciertas proposiciones que circulan en este momento", añadió la ministra refiriéndose a la iniciativa franco-alemana. Y fue en este punto en el que Palacio se vio después matizada por la Moncloa. Un portavoz del Gobierno afirmó a este diario que el Ejecutivo estaría dispuesto a trabajar en favor de que se conceda "un tiempo mínimo" adicional a los inspectores.

Palacio, cuyo tono fue aún más agresivo que el del ministro británico de Exteriores, Jack Straw, tomó la palabra ante el Consejo de Seguridad después de que los inspectores jefes de Naciones Unidas, Hans Blix y Mohamed El Baradei, hicieran público su informe sobre el desarme del régimen iraquí.

El hecho de que la mayoría de las intervenciones de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU fueran a favor de continuar las inspecciones en Irak no arredró a la ministra a la hora de hablar, pero no pudo evitar mostrarse muy nerviosa. Con aspecto agitado, paseó sola por los pasillos durante las intervenciones de los últimos oradores, a los que no escuchó.

DENUNCIA DE MANUEL MARIN

El PSOE reaccionó con estupor ante la "agresividad y el belicismo" de Palacio. El responsable socialista de Política Exterior, Manuel Marín, declaró que la posición de la ministra era un auténtico "bochorno". "Palacio ha estado más agresiva que Powell o Straw", dijo. Según Marín, el Gobierno ha comprometido ya su posición, pase lo que pase.