Tres de cada cuatro juguetes que hay en el mundo son chinos. Son juguetes bonitos y baratos. El problema es que no siempre son buenos. Hace semana y media la Policía Local de Badajoz se incautaba unos 2.100 yoyós ilegales en una nave del polígono de el Nevero. Tres días después, requisaba, de nuevo en la capital pacense, medio millón de artículos listos para su distribución a pesar de que también incumplían la normativa europea en materia de seguridad.

Roberto Serrano, director provincial de la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) considera que el control al que se somete estos productos en aduanas "es muy flojo". Además, añade, "por mucho que te esfuerces en que las aduanas sigan una serie de controles muy estrictos, sí un barco no pasa por el puerto de Valencia porque no cumple los requisitos, se va Marsella o a Amsterdam. Tarde o temprano acaban entrando y, una vez que están en Europa, la circulación es sencillísima porque no hay fronteras interiores."

Precauciones

En principio, el marcado CE debería ser una garantía de que un juguete cumple con las exigencias europeas en materia técnica y de calidad. "El problema es que lo pone el propio fabricante. No hay un órgano de inspección y control europeo que vaya a China para ver si se cumplen los requisitos. En numerosas ocasiones hemos visto juguetes que tienen el marcado y no respetan la normativa. Su eficacia es muy relativa", dice Serrano. Por este motivo, cree que lo más conveniente es comprar juguetes fabricados dentro de la UE y "mejor si es en España, donde tenemos una industria juguetera muy potente. Si no es posible, más que fijarnos en ese marcado CE hay que mirar si está bien etiquetado y si el manual de instrucciones está en español". Este último, indica, no solo debe contener indicaciones sobre la forma adecuada de uso, sino las precauciones que hay que guardar a la hora de utilizarlo.

En cuanto al etiquetado, aspectos a tener en cuenta son si en él se hace referencia a la edad a la que va destinado el juguete y si está presente el nombre del fabricante o el importador, "Alguien al que en un momento dado dirigirnos y que se haga responsable de lo que pueda suceder con este juguete".

Existe un sistema de alerta a nivel comunitario que hace posible que cuando se detecta un producto inseguro en cualquier país o región europea la incidencia sea notificada a todo el territorio de la UE. Roberto Serrano detalla que este sistema se activa de dos formas. La primera de ellas comienza con la denuncia de un ciudadano "que pasa por una tienda, ve alguna cosa rara y denuncia. Se inicia entonces un proceso administrativo que obliga a un inspector a ir allí y comprobar si la denuncia es correcta o no". La otra vía es un muestreo que se suele hacer por iniciativa de la Dirección General de Consumo de la Junta de Extremadura o del Ministerio de Sanidad y Consumo. "Se toman cien muestras en tiendas que venden juguetes de toda la región, por ejemplo, y se analiza si alguna tiene un problema. Esto sirve sobre todo para hacerse una idea de cuál es el estado general de este tipo de establecimientos y saber si hay que hacer alguna campaña específica".

La web del Instituto Nacional de Consumo recoge cinco productos alertados desde Extremadura en lo que va de año. En todos los casos, la medida adoptada fue retirarlos del mercado. Dos de estos productos eran infantiles: un broche de seguridad para chupetes y una cadenita porta chupetes. Ambos eran artículos que podían generar piezas pequeñas y provocar asfixia. Los otros tres eran un matamosquitos eléctrico y dos modelos de guirnaldas luminosas, para los que se consideró que existía riesgo de choque eléctrico.