Juan Pablo II nombró, pocas horas antes de morir, a Manuel Ureña, actual titular de la diócesis de Cartagena-Murcia, nuevo obispo de la archidiócesis de Zaragoza en sustitución de Elías Yanes, que había cumplido la edad de jubilación, según informó ayer la Nunciatura Apostólica en España. Junto a Ureña, el Papa designó a otros siete obispos para ocupar cargos vacantes por jubilaciones y nuevas nunciaturas apostólicas. Fuentes vaticanas insistieron en que las decisiones se tomaron "en el transcurso de las últimas semanas y que ahora se han dado a conocer", puesto que el Papa es el único que puede nombrar a los cargos de la Iglesia.

Según la Nunciatura, Juan Pablo II aceptó la renuncia de Yanes, presidente de la Conferencia Episcopal entre 1993 y 1999, en conformidad con el Código de Derecho Canónico. Yanes, nacido en 1928, superaba los 75 años previstos para la jubilación.

"Saludo con cariño a los que son ya hijos míos (zaragozanos) por mi condición de arzobispo electo", dijo ayer Ureña. De su paso por la diócesis murciana, donde ha estado sus últimos siete años, afirmó que no ha vivido "situaciones límite ni difíciles", que siempre le han dado "el ciento por uno" y que sólo ha tenido "alegrías y gozos" en un pueblo "de profundo catolicismo de raíces". Preguntado por su apelativo de obispo del agua por su defensa al recurso hídrico para Murcia, Ureña rechazó tal denominación y dijo que a Zaragoza irá a anunciar el Evangelio.

Nacido en Albaida (Valencia) en 1945, Ureña es licenciado en Geografía e Historia, Teología y Filosofía. Tras ocupar varios cargos eclesiales durante los años 80, fue nombrado por Juan Pablo II obispo de Ibiza en 1988 y de Alcalá de Henares en 1991. Se le considera un hombre de sólida formación intelectual, conservador y muy próximo al cardenal arzobispo de Madrid, Rouco Varela.