Un vuelco electoral que ha puesto en alerta (para bien o para mal) a todos los partidos. Un resultado que ha cambiado el panorama político y que obliga a, cuanto menos, pensar. Las elecciones en Andalucía han lanzado varios y potentes mensajes. La izquierda ha perdido la mayoría y la extrema derecha ha ganado terreno; tras casi 40 años de socialismo, ahora el Gobierno muy probablemente cambiará de color. Y esos nuevos avisos no solo afectan a la comunidad del sur. En Extremadura, cuyos comicios autonómicos y municipales se acercan (apenas quedan cinco meses, serán el 26 de mayo), inevitablemente el tsunami andaluz ha cambiado el punto de partida y ha evidenciado la influencia de lo que ocurre a nivel nacional en las votaciones.

No obstante, cada formación analiza la posible repercusión y las opiniones son muy diversas. Mientras unos ven un fiel espejo, otros tienen claro que «Extremadura es diferente».

«CON POCO RECORRIDO» / Desde el PSOE consideran «simplista» y «de poco recorrido» el intento de trasladar a la región lo ocurrido en Andalucía, tal y como manifiesta la portavoz de la Junta, Isabel Gil Rosiña.

La estrategia ha sido alertar del peligro de que «la extrema derecha se siente en las instituciones públicas» ante un posible pacto PP-Cs-Vox y, sobre todo, intentar evidenciar la «incoherencia» del PP: el PSOE ha sido el ganador de las elecciones por lo que, según lo que han venido reclamando los populares, «debería gobernar la lista más votada».

Una razón que, para unos y otros, sirve o no en función de la conveniencia del momento.

Los socialistas extremeños ya saben qué significa habitar en la oposición. Lo vivieron en 2011, cuando el PP de José Antonio Monago venció en las elecciones. Tras 28 años de PSOE, la Junta pasaba a manos de los populares gracias a la abstención de IU.

A LA ESPERA DE RATIFICACIÓN / En el PP aún esperan que su líder nacional, Pablo Casado, ratifique tanto al candidato regional -el propio Monago- como a los municipales de poblaciones como Badajoz o Cáceres. Estaba previsto que esa confirmación se produjese esta misma semana; no obstante, debe ser antes del 18 de enero, cuando se celebre la convención nacional del partido.

Ante si esta espera produce inquietud, desde el partido aseguran que «el único que tiene dudas acerca de Monago es el PSOE». Asimismo, añaden que «no habrá ninguna sorpresa con los candidatos».

En cuanto a que el PP pueda perder votantes que se marchan a Ciudadanos o Vox, mantienen la teoría de que al ser elecciones autonómicas y municipales (una circunstancia que no se ha dado en Andalucía), «habrá muchos alcaldes que atraigan apoyos para el partido, porque se vota más a la persona». «Además -agregan en cuanto a la presencia de Vox- es muy difícil presentar candidaturas en los pueblos, porque no solo hay que buscar al número uno, sino también llenar una lista de, por ejemplo, 13 personas».

No obstante, si se diera el caso de tener que pactar para que este partido de extrema derecha entrara en el Gobierno extremeño, desde el PP regional tienen clara su postura: «Monago siempre ha mostrado un talante de diálogo. Ya dijo en su momento que hasta hablaría con Podemos, gobernó con la abstención de IU y al principio de legislatura pactó los presupuestos con el PSOE».

La crítica que lanzan desde los partidos de izquierda es que, con estos argumentos, «se normaliza» el discurso de Vox y no se advierte de que «es un movimiento peligroso que va contra los principios constitucionales».

EN COALICIÓN / En Podemos tienen ya a la candidata regional, Irene de Miguel, pero aún falta por configurar la lista definitiva, en la que se plantea incluir en los primeros puestos a nombres de IU, formación con la que «trabajan duramente» para presentar una apuesta conjunta.

De hecho, en Badajoz, la secretaria general de Podemos, Erika Cadenas, y el coordinador de IU, Adrián Rodríguez, ya han dado una rueda de prensa en común para evidenciar que apoyan esa coalición. A la misma se sumaría Equo y Extremeños, partidos con los que el acuerdo ya está prácticamente cerrado.

La fusión Podemos-IU ha sido el modus operandi en Andalucía, pero el resultado de las votaciones no ha cumplido las expectativas. La unión de ambas formaciones ha supuesto la pérdida de tres escaños con respecto a 2015 (sumandos los votos por separado de ambas). Por ello, algunas voces son partidarias de concurrir de manera independiente para, al menos, mantener al electorado actual.

GRANDES EXPECTATIVAS / Ciudadanos es quien más mira con «ilusión» al sur. Su única diputada, María Victoria Domínguez, asegura que algunas encuestas hablan de entre nueve y diez diputados en los próximos comicios autonómicos (aunque en las últimas elecciones le daban entre cuatro y siete y se quedó en uno). Pero ahora el partido aspira a lograr «idéntico incremento» que en la comunidad vecina.

No será hasta principios de año cuando la formación naranja aclare al 100% quién será el candidato a la Junta, aunque muchas miradas están puestas desde hace meses en Cayetano Polo, actual portavoz regional.

Tras el vuelco en Andalucía, los partidos extremeños ya se colocan en posición de salida.