Partidos políticos y sindicatos han acogido de de forma dispar el acuerdo del Grupo Gallardo para adquirir una planta de fabricación de vigas de acero en Alemania. Mientras PSOE, PP y UGT aplauden la globalización de esta empresa extremeña, CCOO e IU acogen con frialdad un acuerdo que creen que no reportará beneficios a la región.

El portavoz del grupo parlamentario socialista en la Asamblea, Luciano Fernández expresaba ayer la satisfacción y orgullo que "como extremeños" suponía para los miembros de su partido que una empresa de la región tuviera "capacidad y solvencia para participar en un proyecto de esa envergadura" y destacaba el "magnifico ejemplo" que esta compra constituye de "la pujanza de este sector empresarial extremeño y de los avances que se han producido en la región en los últimos veintitantos años".

Igualmente satisfecho se mostraba el portavoz del PP en Extremadura, José Antonio Monago, para quien esta operación constituye una "inmejorable tarjeta de visita para los empresarios de la región, puesto que supone superar la frontera nacional y adentrarse en el mercado europeo". Monago lamentaba en este sentido que aún no haya muchas empresas extremeñas capaces "globalizar sus actividades".

Más cauto era el secretario de UGT en Extremadura, Miguel Bernal, quien "a falta de conocer la letra pequeña de la operación" destacaba que esta contribuía a consolidar al grupo extremeño en Europa, al tiempo que "consolida y abre la economía regional". Para Bernal esta compra permite al Grupo Gallardo dar más empleo y de más calidad, por lo que les invita a que transformen "esa potencialidad en una realidad", y les emplaza a informar a las organizaciones sindicales de la región sobre el impacto que tendrá en el empleo y la economía de la empresa en la comunidad extremeña.

Mientras, para Julián Carretero, secretario general de CCOO en Extremadura se trata de una buena noticia "sólo para el grupo extremeño, porque no tiene repercusión directa en cuanto a creación de empleo o riqueza en la región".

Igualmente escéptico se mostraba el coordinador regional de IU, Víctor Casco, para quien esta adquisición "no incrementará ni la tasa de empleo ni el nivel de industrialización de la región", aunque, matizaba, "es una buena noticia para "el empresario mimado de la Junta".