Quienes mejor conocen la realidad del campo son los agricultores. Por eso EL PERIODICO ha contactado con dos veteranos de la tierra que coinciden en que las perspectivas del sector, a pesar del aumento general de beneficios, no son de halagüeñas.

Diego Ruiz, de 67 años, reparte sus tierras --arrendadas desde que llegó a la edad de jubilación--entre cultivos de regadío (maíz) y de secano (trigo y aceituna). Hijo y nieto de agricultores, con él terminará la tradición familiar en Montijo.

Ruiz no cree que el campo pase por un buen momento. "Todo lo contrario. Siempre le escuché a mi padre decir que esto no tenía arreglo, de eso hace ya muchos años, y sigue así", asegura. La campaña del maíz del 2006 no ha sido buena por razones climáticas. Dentro de lo malo, a Diego el secano le ha ido mejor gracias al rendimiento de la aceituna.

Hace ya dos o tres años que este agricultor no siembra tomate "porque las perspectivas son cada vez peores". Sin embargo, comenta esperanzado, parece ser que este año no va a ser tan malo para el maíz. Por último dice que las ayudas, aunque importantes, no son suficientes y "van a menos".

Gabriel Hidalgo Barquero es propietario de una explotación mixta de ganado vacuno y porcino en la que también siembra cereales (maíz y arroz). Su finca se sitúa a unos 10 kilómetros de Don Benito.

Gabriel explica que la campaña pasada fue desigual porque la producción no fue muy buena e incluso algunos productos, como el maíz, han supuesto pérdidas económicas. La nota positiva la puso el arroz que experimentó un incremento en los precios de venta que se ajustó a los costes de su producción, según señaló.