Después de toda su trayectoria, Miguel Angel Magaña Noguera no se iba a dejar detener fácilmente. Tras atracar la sucursal bancaria de Alhaurín, fueron alertadas las fuerzas de seguridad y su coche fue avistado en la huida por las calles de la localidad, por las que fue perseguido, ignorando toda señal de alto. En las inmediaciones del aeropuerto de Málaga hizo caso omiso a un control policial y arremetió contra los agentes allí apostados, abriéndose paso entre los vehículos policiales. Continuó huyendo pero se salió de la vía y volcó en la cercana barriada malagueña de San Julián. Siguió a pie y fue detenido por la Guardia Civil. Se comprobó que portaba una pistola semiautomática del calibre 7.65 municionada con un cargador que contenía cinco cartuchos. También llevaba 9.650 euros del botín obtenido en su último atraco.