"No habrá más repuntes". Esa es la teoría del Gobierno. En La Moncloa están convencidos de que el aumento de precios no volverá a alcanzar niveles tan altos como en el 2007. Sin embargo, el sentir a pie de calle, entre los productores, es otro.

La leche ha sido el producto que más se ha encarecido durante el pasado año. De media, comprar hoy un litro en un supermercado cuesta un 30% más caro que en enero del 2006. ¿El motivo? "Las causas son varias. Pero hay que pensar que en este caso hay una explicación. Por primera vez en 21 años se ha subido el precio que se paga a los ganaderos y ha sido un incremento importante", explica Luis Rodríguez, gerente de la cooperativa ganadera Cooprabo de Casar de Cáceres. Según aclara, desde 1986 los productores han "sobrevivido" con 30 céntimos --50 pesetas-- por litro. Lo que unido a las diferentes políticas puestas en marcha por los distintos Gobiernos "ha provocado la desaparición de buena parte del sector; en Extremadura, por ejemplo, hemos pasado de 2.200 productores a apenas 190", apunta.

Sin embargo, este año se ha incrementado el precio de venta de la leche a las empresas elaboradoras hasta alcanzar los 50 céntimos. "Ese incremento obviamente se ha reflejado en el precio final del producto".

No obstante, esa no es la única razón. Rodríguez asegura que el sector está ajustando sus precios a la tendencia internacional, que es al alza tras la incremento del consumo de leche en países muy poblados como India o China. "Lo que era inexplicable es cómo ha habido ganaderos que han podido aguantar tanto tiempo con los mismos precios", agrega.

Petróleo y otros intereses

Pero la leche no es el único componente de la cesta de la compra y bien de primera necesidad que ha experimentado un encarecimiento tan alto. También lo ha hecho el pan, más de un 15%. Y en este caso, la explicación, según los fabricantes, es el efecto dominó originado por la subida del petróleo. Eso empujó a encarecer los cereales, entre ellos el trigo, cuyo coste se elevó casi un 50% durante la primera mitad del año, y arrastró a la harina y a los panaderos, que con el sector liberalizado desde 1988, han intentado ajustar el precio de la barra para mantener la rentabilidad.

Muy diferente es lo que ocurre con la carne, sobre todo con la de vacuno, que ha sido una de las más inflacionistas durante el 2007. "Es curioso porque hace 12 meses nos pagaban 640 pesetas por canal y ahora son 510. ¿Por qué luego cuando llegas al supermercado te encuentras con que esa misma carne no solo es mucho más cara sino que no para de subir? No se entiende", comenta Luis González, que apunta como responsable de la situación a las empresas distribuidoras. Los ganaderos, por su parte, "han visto reducido su margen de beneficio", porque les pagan menos a pesar de que se ha encarecido el gasoil para combustible y el pienso. "Alguien trata de mantener sus ganancias, incluso aumentándolas, a costa de otros", opina.