El alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, se libró por los pelos en las elecciones de perder la mayoría absoluta. Perdió dos concejales respecto a la legislatura pasada, pero conserva 11, uno más que la suma de ediles de la oposición, fragmentada en cuatro partidos. Revalidó pues una mayoría absoluta que le dará tranquilidad hasta el 2019.

Los plenos son, por tanto, de mero trámite. El gobierno municipal lleva sus proyectos y los aprueba, en la mayoría de los casos con la oposición en contra, salvo en los temas más sociales. De estos cien días, destacó la abstención del PSOE y Extremeños, con el exalcalde del PP José Luis Díaz al frente, en la petición de rescate al Ministerio de Fomento para poder pagar las huertas de La Isla. Solo Díaz ha tenido palabras de halago hacia la gestión del gobierno municipal en este asunto, dado que él también es en parte responsable.

Es el mayor problema que debe resolver Pizarro esta legislatura. La solución, buena o mala para los placentinos, llegará este trimestre y el alcalde cuenta con el peso pesado del concejal de Hacienda, José Antonio Hernández, para velar por el dinero público. Lo demostró en la anterior legislatura y lo sigue haciendo. También es el único que ha recibido elogios de la oposición.

Y frente al gobierno municipal, una oposición de nuevos y veteranos. Los nuevos, el PSOE. Se nota la falta de experiencia e ignorancia en ciertos temas de la administración municipal. Con 7 concejales, comparecen cada semana aproximadamente, pero no ponen a Pizarro contra las cuerdas . Es más, cometen errores como anunciar una partida para Martín Palomino gracias a sus diputados que después una de ellos, Pilar Lucio, desmiente. También su portavoz, David Núñez, anunció que renunciaría a los ingresos por plenos y comisiones e instó al resto de la corporación a hacerlo, pero sus compañeros callaron cuando se les preguntó si se sumaban.

Al inicio de la legislatura, PSOE, Ciudadanos, Extremeños y Plasencia en Común se unieron para defender temas como el personal de confianza destinado a cada grupo. Después, han ido por libre en sus críticas, pocas en general y casi nulas en el caso de Díaz. Solo dos asuntos relacionados con el concejal Luis Díaz les han vuelto a unir para pedir una comisión de investigación que terminará, no es difícil de adivinar, sin consecuencias. Una pequeñísima piedra en el camino de Pizarro y su gobierno.