Las cifras del plan forestal extremeño, que arrancará en breve, no dejan lugar a dudas sobre las intenciones de hacer una planificación del medio natural más allá de medidas puntuales o coyunturales. Se trata, como se desprende de los objetivos marcados y los medios para conseguirlos, de un proyecto integral, ambicioso y a largo plazo.

En este momento, Extremadura cuenta con 2,8 millones de hectáreas de superficie forestal, lo que constituye aproximadamente el 68% de la superficie total de la región. El contempla que esa extensión arbolada crezca hasta los 3,4 millones de hectáreas, que supondría el 83% de la superficie extremeña. Además, en otras 240.000 hectáreas se arrancarán los árboles existentes, sobre todo eucaliptos, para plantar especies autóctonas.

Para afrontar estas actuaciones, la Dirección General de Medio Ambiente se ha marcado un plazo de 30 años, y estima que las inversiones totales superarán los 3.400 millones de euros, de los que 720 los aportará la Junta, y el resto el sector privado, propietario del 93% de la superficie arbolada.

Este plan es independiente de las medidas puntuales que puedan tomarse en ciertas zonas, como es el caso de las comarcas de Las Hurdes, Gata, Grimaldo, Valencia de Alcántara, Jerte y La Vera, donde ya está en marcha un proyecto especial para regenerar las zonas incendiadas, que restaurará 12.600 hectáreas de monte con la plantación de 3,5 millones de árboles, y una inversión de 12 millones de euros.