A grandes rasgos, la Evaluación de Impacto Ambiental está dividida o se puede dividir en cuatro fases. La primera es la solicitud de la evaluación, que comprende la entrega de la petición y de la documentación inicial, así como su verificación.

En segundo lugar, el equipo de técnicos del ministerio debe decidir cuál es el alcance del proyecto y realizar una primera evaluación general para determinar si necesita de una declaración de impacto ambiental o puede seguir adelante y ejecutarse sin ese documento. La duración máxima estipulada es de tres meses, según la web del ministerio.

A continuación está el estudio de impacto ambiental, con nuevas evaluaciones --y en mayor profundidad-- de la documentación presentada, la exposición a información pública y la apertura de la fase de alegaciones, entre otros pasos. El plazo máximo es de dos años.

Finalmente, con toda la documentación recogida, tras los posibles cambios introducidos, el ministerio debe decidir en un plazo de tres meses si emite una declaración favorable o desfavorable al proyecto.