España adelantó a Polonia el pasado año y ya tiene el título de país con más trabajadores temporales de toda Europa. Concretamente, la tasa fue del 26,8% en el 2017; mientras que en la UE se situó en el 14,3%, casi la mitad.

Estos datos significan que nuestro país aumentó ese porcentaje en seis décimas con respecto a 2016, mientras que en el conjunto de la UE solo se alzó una décima. La diferencia es más que notoria.

Esa elevada tasa de temporalidad en el empleo ya ha sido considerada por el Banco de España como uno de los riesgos de la economía actual. «Es preciso combatir el elevado grado de segmentación del mercado de trabajo. Una de las consecuencias perversas de este tipo de funcionamiento es que se desincentiva la inversión en formación», se recoge en su último informe anual.

Muy por debajo

Y ya no es solo que España cuente con la mayor proporción de temporales, sino que además este tipo de contratos muy pocas veces significan lograr un puesto fijo. Tal y como publicaba esta semana El País (con datos extraídos de la Comisión Europea y Eurostat), solo el 8% de los empleos eventuales se convierten en indefinidos. En el conjunto de la UE, sin embargo, es el triple (se llega hasta el 24% de media). La diferencia, de nuevo, vuelve a ser evidente.

Atrás quedaron aquellos años en que cubrir una vacantes durante las vacaciones de Navidad o de verano en una empresa significaba hacerse un hueco para volver a la misma al poco tiempo con un puesto fijo. Ahora la probabilidad de que esto ocurra ha caído considerablemente.

Los jóvenes se convierten, sin duda, en los más afectados por esta coyuntura: más del 70% cuentan con un puesto eventual, siendo de nuevo esta tasa la más alta de la Unión Europea.

Son las consecuencias de una crisis económica y social cuyas huellas siguen más que presentes.