La ruptura del alto el fuego no hay pillado por sorpresa a las fuerzas de seguridad. Desde hace días, venían alertando al Gobierno de la posibilidad de que ETA volviera a las armas. Fuentes de la lucha antiterrorista destacan que la banda ha aprovechado la tregua para reorganizarse, tiene suficiente material para atentar y se sospecha que dispone de tres comandos activos en España, uno en Madrid, otro en Guipúzcoa y otro en Alava y Vizcaya. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió ayer a última hora con la cúpula de Interior para evaluar esta amenaza.

Aunque todas los expertos consultados por este periódico coinciden en que la banda tiene personas dispuestas para atentar dentro de España, difieren en pronosticar cuál será la próxima acción de la banda. Uno de ellos, un guardia civil con varios años de experiencia en la lucha contra ETA, señala: "Si cometieron el atentado en Barajas sin declarar la ruptura del alto el fuego, ahora que han anunciado que vuelven a la lucha es probable que en poco tiempo hagan una demostración de fuerza, para que se vea que van en serio". Calcula que, como sucedió tras la ruptura de la tregua de 1989, ETA atacará con un coche bomba, contra un lugar emblemático o una persona concreta.

BOMBAS LAPA Otra fuente de las fuerzas de seguridad, sin embargo, baraja como hipótesis que la banda utilice una bomba lapa contra un objetivo determinado. Los desarticulados comandos Donosti y Vizcaya tenían material para fabricar estos artefactos, y bombas para reposacabezas o que se colocan en los bajos del coche y se activan a distancia. No obstante, este experto no descarta que vuelvan a las campañas de verano, en las que ETA suele atentar en zonas turísticas.

En cualquier caso, los agentes señalan que todo parece indicar que la banda ya ha decidido cuándo y dónde volverá a matar. Si no lo hace en las próximas horas o días, quizá podría intentarlo el 16 de junio, cuando se constituyen los ayuntamientos, para protestar porque ANV no ha podido concurrir en multitud de ciudades vascas y navarras.

El Gobierno sigue manteniendo el nivel 2 de alerta, que se activó con el juicio del 11-M. Es un nivel elevado, dado que el siguiente paso solo se utiliza ante una amenaza muy grave. Por otra parte, las fuerzas de seguridad destacan que Garikoitz Aspiazu Rubira, alias Txeroki, sigue siendo el jefe del aparato militar etarra. Junto a él sitúan a viejos activistas que ya han cumplido condena y se encargan de formar a un grupo de jóvenes.

En total la banda podría disponer de unas 500 personas, entre el aparato de información, logístico y el militar. De ellos unos 100 estarían dispuestos a volver a España si la dirección lo ordena, posiblemente si cae algún comando del interior. La policía cree que estos grupos están dirigidos por uno o varios miembros liberados, a sueldo de la banda, e integrados por jóvenes legales, es decir, no fichados y con una vida normal. El mismo esquema del desarticulado Donosti. Uno de estos liberados podría ser Ekatiz Aguirre Goñi, Ehun, huido tras esa operación.

Por otra parte, los expertos subrayan que si bien ETA dispone de material, no tiene demasiado dinero. Por eso no descartan que intente algún secuestro.