Nadie se hacía ilusiones, pero aun así la encuesta del CIS cayó como una bomba sobre el cuartel general socialista. La predicción avanza resultados de ré- cord. La tendencia parece imparable. En el PSOE se desgañitan intentando reconquistar a sus indecisos (¿dos millones y medio de votantes?) y en el PP, donde todos se relamen por anticipado, se aprestan a pasar la campaña aferrados al programa más simple, sin mayores estridencias, sin salirse del tiesto. Mariano Rajoy ha prometido meter la tijera al gasto público, pero sin tocar la educación, la sanidad ni las pensiones. El portavoz conservador Esteban González Pons, famoso vendedor de humo y puestos de trabajo, se ha pasado a la discreción, y ayer hablaba con inenarrable circunspección del barullo en que anda metido José Blanco, el atribulado ministro de Fomento y portavoz del Ejecutivo. José Luis Rodríguez Zapatero, en Cannes, declinaba cualquier comentario sobre las expectativas electorales del partido que dirige. Prefirió presumir de que España ya no se encuentra en la línea de fuego de la crisis financiera. La situación de Italia, indicó, es mucho peor. Y la de Grecia, claro. Qué alivio.

CRUZANDO LOS DEDOS Si el CIS (cuyas profecías aún mantienen alguna credibilidad) ha sabido captar la opinión de la ciudada- nía, resulta que un alto porcentaje de españoles irán a las urnas el 20-N decididos a cambiar el Gobierno... pero cruzando los dedos. Es sintomático que, en su sondeo, el 62,3% de los entrevistados califiquen de mala o muy mala la gestión del actual Ejecutivo; pero al tiempo un 41,1% diga que, a su juicio, el PP lo hubiera hecho más o menos igual, y otro 21,4% crea que la derecha lo habría hecho peor. ¿Entonces?

Entonces ocurre que el personal de a pie está dispuesto a jugarse el futuro a otro palo. La mayoría parece haberse hecho una reflexión simple, pero letal para el PSOE: va tan mal la carrera que bien merece la pena apostar por un caballo distinto. No hay grandes diferencias ni entre la confianza que suscitan Rubalcaba y Rajoy, respectivamente, ni entre quienes prefieren a uno u otro como presidente del Gobierno. Pero el voto está decidido, y se va en masa a la derecha.

BUSCANDOSE LA VIDA Alfredo Pérez Rubalcaba propone un Ejecutivo "bien plantado, fuerte y sin grasa", un Estado con buen fondo que mantenga los pará- metros de bienestar adquiridos en los últimos decenios. Al tiempo, no cesa de incitar a los suyos a que no se queden en casa el 20-N, a que usen el voto, "que es el principal, el único patrimonio de la izquierda". El candidato socialista se busca la vida en cualquier caladero potencial. En Twiter, @conRubalcaba ha comunicado al Movimiento 15-M que, tras consultar el PSOE a la Junta Electoral Central, esta admite explícitamente las manifestaciones y concentraciones de los indignados si no alteran la marcha de la campaña. El guiño incluye un enlace para conectar don Democracia Real Ya. A ver si así...

Los candidatos socialistas lo intentan todo. Carme Chacón, la ministra de Defensa y candidata por Barcelona, ha exigido al PP que pida perdón a los catalanes por anteriores desplantes. Pero... ¿cómo habrían de hacer tal cosa los conservadores, cuando las encuestas les atribuyen un avance sin precedentes en Cataluña? El PP aspira a barrer en Andalucía (salvo Sevilla), en Castilla-La Mancha, en Extremadura, en Aragón y, por supuesto, en sus feudos tradicionales: Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia... Incluso en el País Vasco tiene buenas perspectivas. Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de la capital del país y posible ministro del Gabinete de Rajoy, lanzaba ayer llamamientos directos a los votantes socialistas: "Debéis superponer vuestra responsabilidad a vuestra ideología". Porque, eso sí, España, según el reiterado sondeo del CIS, sigue en el centro-izquierda, aunque esté lista para dar su apoyo a la derecha.

CON MUCHO CUIDADO En la sede socialista de la calle de Ferraz fingen que no, pero el cara a cara del lunes se está convirtiendo en una especie de clavo ardiendo al que se aferran los responsables de la campaña. Un desliz de Rajoy, una noche brillante de Rubalcaba, un giro inesperado, un milagro en el plató... Algo así como cuando el viejo Pedro Solbes se llevó por delante a Manuel Pizarro hace tres años. ¡Y debatiendo de economía!

A su vez, los conservadores andan con pies de plomo. Rajoy no ha querido confirmar o negar los rumores que dicen que está pensando en no mudarse a la Moncloa cuando sea presidente. Ayer, en Los desayunos de TVE , Cristobal Montoro, portavoz del PP para temas económicos y ministrable también, prefirió pasar por bobo en el interrogatorio al que le sometieron antes que pillarse los dedos. Cuando acabó la entrevista, puso tal cara de alivio que la periodista Ana Pastor casi le dio la enhorabuena.

Hay que tener la fe de Cayo Lara para echarse esta campaña al coleto. IU puede lograr, por fin, grupo parlamentario propio. Pero no se perciben indicios de sorpasso . Es más, si hacemos caso a la demoscopia oficial, la mayoría de los votantes socialistas indecisos están pensando si se pasan con la papeleta... al PP.