En medio de una abstención de proporciones históricas, el Partido Popular Europeo (PPE) ganó las sextas elecciones al Parlamento Europeo y las primeras de la nueva Unión Europea (UE) ampliada de 25 estados miembro, según los primeros datos provisionales anunciados anoche en la sede de la institución en Bruselas.

El PPE obtuvo entre 247 y 277 escaños y se consolidó como el primer grupo parlamentario, según esos primeros datos provisionales. No obstante, se quedó muy lejos de la mayoría absoluta y no sólo no consiguió aumentar su peso porcentual, sino que incluso podría haber retrocedido varias décimas. Además, su composición demasiado heterogénea, con una importante presencia de euroescépticos en su interior, le priva en la práctica de la necesaria cohesión interna y le resta por lo tanto efectividad política.

SEGUNDA FUERZA El Partido Socialista Europeo (PSE) vio defraudadas sus esperanzas de lograr recuperar el liderazgo perdido en la Eurocámara en las elecciones de 1999 y quedó de nuevo relegado a ser la segunda fuerza política con entre 189 y 209 escaños. Los socialistas tampoco consiguieron incrementar su peso porcentual en el hemiciclo.

El voto de castigo a los gobiernos socialista británico y alemán fue decisivo para frustrar las aspiraciones del PSE, sin que la recuperación socialista en España e Italia fuera suficiente para compensar el descalabro alemán y británico.

El Partido Europeo de los Liberales Demócratas y Reformadores (ELDR) consiguió su anhelado salto cualitativo adelante, al obtener entre 54 y 70 escaños. Este avance consolida a los liberales como la tercera fuerza parlamentaria y como el partido clave para la constitución de una mayoría parlamentaria estable y para decantar todas las decisiones importantes de la Eurocámara.

Los Verdes consiguieron entre 39 y 49 escaños, pero sufrieron una pérdida porcentual de más de un punto. Izquierda Unitaria Europea logró entre 30 y 40 escaños y sufrió también un retroceso porcentual de unos 1,5 puntos. Las fuerzas nacionalistas de Unión de la Europa de las Naciones (UEN) consiguieron entre 22 y 30 escaños y los euroescépticos del Europa de las Democracias y las Diferencias (EDD) obtuvieron entre 16 y 22 escaños, sin incrementos significativos.

NUTRIDO GRUPO POR ADSCRIBIR Este reparto de escaños entre los grupos parlamentarios puede sufrir significativos cambios en función de donde se intengren entre 67 y 93 eurodiputados restantes, correspondientes a partidos cuya futura adscripción en los grupos parlamentarios ya existentes aún no está clara. El protagonista de las elecciones, sin embargo, fue la abstención, que batió todos los récords y evidenció la incapacidad de los dirigentes políticos para acercar los ciudadanos a la UE.

Sólo votó en el conjunto de la UE el 44,2% de los ciudadanos, según los últimos datos disponibles anoche. La tasa de participación entre los antiguos 15 miembros fue algo más elevada, 47,7%, pero sólo llegó al 28,7% en los nuevos diez estados miembros. Este es el nivel de participación más bajo desde 1979, cuando el Parlamento Europeo comenzó a elegirse por sufragio con una participación inicial del 63%.