La concesión del Premio Azorín del 2000 con la novela ´Cielos de barros´ fue el que le dio a conocer en España y también en Extremadura, ya que es una obra que tuvo una buena acogida, sobre todo entre sus paisanos.

El segundo espaldarazo le llegó dos años después con otra novela ´La voz dormida´, con la que los libreros reconocían este trabajo literario del 2002, y que ella dedicó a las "esas mujeres calladas durante tanto tiempo".