Las temperaturas se van templando, pero la lluvia no acaba de retirarse y, como consecuencia, uno de los típicos problemas de salud asociados a la primavera está aún por eclosionar. Sí, al contrario de lo que sería habitual en estas fechas, la mayoría de los 150.000 alérgicos a pólenes están teniendo una primavera más tranquila (por el momento), fruto de la atípica climatología que está acompañando a este año: no llovió en otoño, ha hecho mucho frío en invierno e incluso ya entrada la primavera, y la lluvia se instaló en la región a finales de febrero y se ha mantenido de forma prácticamente ininterrumpida hasta un avanzado abril y de forma intermitente incluso en estos últimos días.

Ese cóctel es el que está propiciando una polinización anormal, que en el caso de las plantas más precoces, como el ciprés o el plátano de sombra, fue mucho más breve de lo habitual. Para las gramíneas y el olivo, las que ocasionan síntomas al 80% de las personas con alergias a pólenes, la polinización acumula un retraso de dos semanas según los datos de la Red Extremeña de Aerobiología.

«Las herbáceas están bien preparadas para que florezcan y polinicen en grandes cantidades ya», afirma Rafael Tormo, profesor del Departamento de Biología y Producción de los Vegetales de la Facultad de Ciencias de la Uex y responsable del servicio AeroUex, que ofrece información detallada de los niveles de polen en las principales localidades de la región.

problemas/ Que las herbáceas estén listas ya para iniciar la polinización significa que los problemas para los alérgicos pueden estar a punto de comenzar, porque la floración de las gramíneas se intensificará, y con ella, los efectos de los altos niveles de este polen en el aire.

De la gramínea ya se daban esta semana valores de polen en aire de 50 granos por metro cúbico (granos/m³), la cifra a partir de la cual los especialistas determinan que comienzan a acusarse los síntomas de la alergia (picor de ojos y de nariz, moqueo y problemas respiratorios son los más frecuentes); y el recuento total de polen, que incluye también olivo, encinas, parietarias y llantenes, ya era elevado, aunque por los valores de las tres últimas, que causan menos problemas.

La concentración de polen de gramíneas ahora está lejos de los 200 granos/m³ del año pasado en estas fechas, si bien se espera que se intensifique en los próximos días y hasta las primeras semanas de junio si el tiempo se estabiliza. «Si hace mucho calor, la polinización será breve porque se secará; y si llueve se limpiará la atmósfera de polen», explica Tormo sobre los posibles escenarios para los próximos días.

Las estimación del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC) es que será una primavera moderada para los alérgicos, con concentraciones entre los 4.245 granos por metro cúbico de Cáceres y los 5.135 granos por metro cúbico de Badajoz, según. En ambos casos parece que se estarán lejos del récord registrado en Extremadura: los 6.102 granos/m³ que captó la estación de Cáceres en el año 1997. Entonces se alcanzaron también los valores máximos registrados en el caso del polen de olivo (2.376 granos/m³ en Mérida), mientras que para las gramíneas el récord se captó en Badajoz en 2001 (1.808 granos/m³). El año pasado, por ejemplo, las concentraciones máximas se dieron en Cáceres en el caso de las gramíneas (casi 700 granos/m³) a finales de mayo y en Badajoz para el olivo (2.000granos/m³) en las mismas fechas.

«Las primaveras suaves favorecen a los alérgicos al polen de gramíneas y olivo, pero los pacientes alérgicos a ácaros y hongos se ven más afectados si hay una temperatura ambiental baja y humedad, puesto que esto favorece que proliferen. Lo característico de estos pacientes es estar más enfermos durante el otoño e invierno», dice María Isabel Alvarado, presidenta de la Sociedad Extremeña de Alergología e Inmunología.

En Extremadura hay 300.000 personas alérgicas (un 30% de la población) y se estima que alrededor de la mitad, 150.000, son alérgicos a pólenes, especialmente (el 80%, unos 120.000) a las gramíneas y en menor medida (en torno al 60%) al olivo. Frecuentemente, además, las personas alérgicas reaccionan a ambos pólenes e incluso a otros, lo cual dificulta un tratamiento eficaz del problema.

La doctora Mari Ángeles Gonzalo lleva 27 años en el servicio de Alergología del Hospital Infanta Cristina. «Los medicamentos son cada vez mejores y una vacuna de la alergia bien diseñada y administrada es la mejor opción, porque es el único tratamiento que ataja la enfermedad y elimina los síntomas que origina, especialmente en el caso del asma asociado a una alergia. Pero eso sí, la complejidad radica es que frente a los tratamientos estándar que se pueden aplicar en otras enfermedades, en este caso el tratamiento tiene que ser individualizado para la sensibilidad que tiene ese paciente».