La primera autovía made in Extremadura ya está en servicio desde el río Tiétar hasta la N-630 a la altura de Plasencia. Estos casi 23 kilómetros recibieron ayer tarde los primeros vehículos tan pronto como se retiró la carpa donde quedó oficialmente inaugurado el primer tramo de autovía financiada por completo con fondos regionales y que ha terminado en tiempo récord: dos años antes del plazo fijado.

Su ubicación en la puerta del parque de Monfragüe ha obligado a la Junta de Extremadura a emplear hasta 1.284.715,11 euros en actuaciones medioambientales de una inversión total de 63.500.000 en este segundo tramo de la autovía Navalmoral de la Mata-Plasencia, la EX-A1.

Destapó el monolito la alcaldesa de Malpartida de Plasencia, María Emilia Manzano, acompañada por Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el presidente de la Junta. Los mismos que el 29 de abril del 2003 ponían la primera piedra a una obra construida por dos empresas extremeñas --Magenta y Copemovex-- en UTE con la nacional de Sacyr.

MIMO MEDIOAMBIENTAL Por eso, Ibarra no quiso dejar pasar la ocasión de exigir disculpas a "los agoreros" que no creyeron en la viabilidad de las autovías autonómicas en marcha y cuya importancia empresarial y turística destacó ayer sobremanera. Subrayó que esta infraestructura "no es para correr con el todoterreno a la parcela, sino para tener más posibilidades de progreso y de desarrollo" y puso por ejemplo la implantación de la fábrica de Ferrero Rocher en Malpartida o el tirón turístico "para que la gente llegue antes y se quede".

Cinco son los accesos que podrá elegir el conductor. Su conexión con la carretera de Valdeíñigos, a la Vera y el parque de Monfragüe; los enlaces oeste y este a Malpartida --este último también a la estación ferroviaria de Monfragüe-- ; a la carretera EX-208 Plasencia-Trujillo y a la actual carretera N-630 y futura Autovía de la Plata.

El director de la obra, José María Villalón, resaltó que las características técnicas del primer eje transversal en el norte de Extremadura lo convierten en una autovía "de tercera generación" principalmente por su baja siniestralidad y el uso de las tecnologías más avanzadas.

La autovía posee dos calzadas separadas con dos carriles de 3,5 metros, arcén exterior de 2,5 e interior de uno; una mediana de diez metros de ancho; vía lenta para zonas de mayor pendiente y radios máximos y mínimos de curva de 8.500 y 700 respectivamente así como un 4,76% de pendiente máxima y 0,54 de mínima. Además de un viaducto sobre el arroyo Grande, diez pasos superiores, ocho inferiores y un cruce bajo ferrocarril.

Se han tenido que mover tres kilómetros de metros cúbicos de tierra y el 80% con explosivos dada su condición rocosa. Cada dos kilómetros hay pasos de fauna, se han repuesto las vías pecuarias, se han plantado numerosas especies autóctonas y se han instalado válvulas de escape para animales y pantallas antirruido vegetales donde la traza se aproxima a caseríos. En definitiva, Ibarra se felicitó porque esta autovía saca del aislamiento al norte extremeño.