Tras varias semanas de expectación, los príncipes de Asturias dieron ayer la bienvenida al mundo a su segunda hija cuando apenas quedaban 10 minutos para las cinco de la tarde. La pequeña, que lleva el nombre de su abuela materna, Sofía, nació por cesárea unas cuatro horas después de que Letizia ingresara en la clínica Ruber Internacional de Madrid. El bebé pesó 3,310 kilos, midió 50 centímetros y se encuentra "perfectamente" al igual que su madre, según explicó el ginecólogo que asistió a la Princesa, Luis Ignacio Recansens. Dentro de cuatro o cinco días, Letizia y Sofía saldrán de la clínica. Será entonces cuando se sepa si, como dijo ayer Felipe, se parece tanto a su hermana mayor.

Unas horas después del parto, el Príncipe celebró con los periodistas la feliz noticia en una pequeña carpa habilitada por el centro sanitario. No hubo cava y sí muchos nervios. "Estamos encantados. Nuestras dos hijas nos van a dar mucho trabajo y también mucha alegría", dijo Felipe, muy sonriente y sin parar de gesticular con las manos. "No hace falta brindar", dijo cuando un informador le preguntó por el cava. "Podemos hacer una celebración moderada", añadió.

SIN LLUVIA Esta vez, la lluvia no hizo acto de presencia en Madrid. Todo lo contrario de lo que ha sucedido en los tres grandes acontecimientos en la vida de Letizia: su boda con el Príncipe, el nacimiento de su primera hija y el fallecimiento de su hermana pequeña, Erika.

El cielo madrileño estuvo encapotado toda la tarde, pero el agua no cayó. El Príncipe lo destacó al agradecer a los periodistas su espera a las puertas de la Ruber, cuya dirección ofreció a los informadores bocadillos y refrescos para aligerar la espera. "Gracias por vuestra paciencia y por estar aquí. Al menos, no llueve y no son las tres de la mañana", dijo en alusión al alumbramiento de la infanta Leonor, que nació a las 2.35 horas del 31 de octubre del 2005 en la misma clínica y también por cesárea.

En aquella ocasión, unos días antes del alumbramiento, Letizia ingresó en la Ruber tras sufrir fuertes contracciones, pero todo quedó en una falsa alarma. Pese a los insistentes rumores, la Casa del Rey negó que el parto por cesárea de la segunda hija de los Príncipes de Asturias estuviera programado de antemano.

Una vez que Zarzuela avisó a los periodistas del ingreso de Letizia (para lo que que utilizó la vía de los SMS como ya viene siendo habitual), los alrededores de la elitista clínica se llenaron de centenares de periodistas.

LA MADRE DE LETIZIA A las 16.45 llegó la madre de Letizia, Paloma Rocasolano, que realizó un saludo de cortesía a los informadores. Fue la única familiar que ayer por la tarde acudió a la Ruber. Estaba previsto que la reina Sofía --que recibió la llamada de su hijo mientras regresaba de Rusia, donde asistió al funeral de su amigo y violonchelista Mstislav Rostropóvich-- conociera a su nieta a primera hora de la noche. Y, efectivamente, la Reina entró en la Ruber a las diez de la noche. Mientras, el Rey, que también fue avisado por teléfono por su hijo, conocerá a la pequeña Sofía "cuando pueda", según explicó el Príncipe.

Felipe comentó que tanto él como la Princesa tenían en mente "varios nombres" para el bebé. Por "expreso deseo" de Letizia, en el último momento se decidieron por Sofía, conscientes de la ilusión que supone para la Reina tener una nieta que se llame igual que ella.

A la hora de dar detalles de la operación, el Príncipe confesó que no tenía muy claro cómo iba a reaccionar ante el nacimiento de su segunda hija. Se supone, dijo, que la experiencia es un grado. Pero, nervios hubo. "Siempre estás nervioso y también emocionado. He tratado de mantener el tipo", explicó. Acto seguido, miró al equipo médico pidiendo su aprobación. Enfermeras y médicos sonrieron.

p>Felipe también dijo que había permanecido al lado de su esposa durante el nacimiento de Sofía, algo que no es muy habitual si el parto es por cesárea. Al menos, en los hospitales públicos. "La Princesa ha estado muy tranquila. Y ahora está feliz y contentísima", apostilló.

La infanta Leonor, según explicó su padre, tiene muchas ganas de conocer a su hermana. Lo hará en breve, aunque Felipe no dio más detalles. Tampoco concretó nada acerca del bautizo. "Todo eso ya lo iremos viendo en las próximas semanas", afirmó.

Antes de que el Príncipe abandonara a los periodistas y regresara junto a Letizia y Sofía, se tuvo que enfrentar a otra pregunta: "¿Habrá más hijos?". Felipe, antes de casarse, comentó que le gustaría tener "más de uno y menos de cinco". Fue una frase memorable y los periodistas, siempre se la recuerdan. Ayer, sin embargo, el heredero a la Corona no fue nada concreto. "Hacer planes ahora es complicado. De momento, el plato lo tenemos lleno. Dejadnos disfrutar de las dos. Ya iremos viendo", zanjó.