Más de mil millones de adultos en todo el mundo tienen exceso de peso y unos 300 millones son obesos, según la Organización Mundial de la Salud. La evidencia de las tasas crecientes de la obesidad entre los niños y de las consecuencias negativas que este problema genera, tanto a nivel sanitario como psicosocial, se está traduciendo en la adopción de medidas urgentes por parte de las administraciones públicas.

En este sentido, la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, presentó hace dos meses el Programa Perseo, una iniciativa piloto que pretende promover una alimentación más saludable y el ejercicio físico entre los escolares españoles. El proyecto, actualmente en su fase inicial, contará con la participación de las seis comunidades autónomas con mayor prevalencia de la obesidad infantil, entre ellas, Extremadura.

REGION PIONERA Sin embargo, los colegios extremeños ya participaron el año pasado en un programa, impulsado desde la Junta, muy parecido al que Sanidad pretende poner en marcha este año. "La principal diferencia del Perseo es que incorpora el seguimiento, efectuado por profesionales competentes, del peso del niño. Pero, en general, los objetivos y actuaciones son similares a los nuestros", explica Eulalio Ruiz, jefe del Servicio de Coordinación Sanitaria extremeño.

Por ello, Extremadura previsiblemente proporcionará su experiencia al proyecto ministerial, aparte de repetir, con algunas mejoras, la iniciativa del 2005. En concreto, la Consejería de Sanidad, con la colaboración de Educación, planteó dos actividades --centradas en la alimentación y el ejercicio, respectivamente--, que ahora se impartirán de forma conjunta.

En el primer caso, los niños, tras recibir una clase sobre alimentación y obesidad, visitaron un centro comercial donde adquirieron una serie de productos, a su juicio, saludables, con los que después celebraron una "fiesta". En el segundo, los alumnos diseñaron un trayecto seguro que, más tarde, recorrieron caminando o corriendo.

Ambas acciones, en las que intervinieron más de cinco mil escolares, fueron muy bien valoradas por los participantes, incluidos los profesores y algunos padres. "Nuestra idea es inculcar a toda la familia la importancia de la alimentación y el ejercicio, algo que tuvo una buena acogida, sobre todo en el ámbito rural", apunta Ruiz.

Evitando, como ya se hizo el año pasado, aquellas ideas que puedan obsesionar a los niños --algo que puede desembocar en trastornos graves--, los programas educativos volverán este año a las aulas extremeñas para que las futuras generaciones aprendan a comer bien. La sociedad no tiene más remedio que declararle la guerra a las calorías y el punto de partida no puede ser otro que su base: los más pequeños.