Extremadura consume cada año más de 4.800 gigawatios hora (GWh) de electricidad. O, más que consumir, necesita de ese gran volumen de electricidad para mantener y garantizar su actividad económica y social. Hogares, empresas, agricultura, industrias y administraciones públicas: todos requieren y dependen del suministro eléctrico, y, actualmente, eso es posible con la aportación de las centrales nucleares.

Extremadura es una comunidad autónoma exportadora de electricidad. En su territorio se produce más luz (más de 15.000 gigawatios/hora) de la que se demanda (4.800), aunque tratar de regionalizar el funcionamiento del sistema eléctrico español es un ejercicio de relatividad. Porque la electricidad que se genera en un punto de la geografía del país no se utiliza solo en su entorno; al contrario, pasa a formar parte de la red eléctrica nacional y se distribuye por todo el país, e incluso una parte de ella termina en Portugal, Francia o Marruecos.

Las fuentes eléctricas con las que cuenta la comunidad autónoma son básicamente: la central nuclear de Almaraz, que produce cada año más de 14.000 GWh; 14 centrales hidroeléctricas, propiedad de las compañías Iberdrola y Endesa y que en el 2009 --último dato disponible-- generaron 1.123 GWh; y las plantas fotovoltaicas y termosolares, que aportaron 1.007 GWh en ese ejercicio.

Por tanto, casi el 90% de la electricidad que se origina en Extremadura procede de la planta nuclear de Almaraz. Sus dos reactores, en funcionamiento desde 1981 --la unidad I-- y 1983 --la unidad II--, tienen una producción media anual que podría cubrir la demanda de luz de más de 4,2 millones de hogares en España --el consumo medio por familia es de 3.272 kilowatios/hora al año--; es decir, casi un tercio del consumo doméstico del país --que tiene 14 millones de hogares--. Es más, su aportación en un solo ejercicio sería suficiente para abastecer a toda Extremadura tres años.

Sin embargo, uno de los problemas que plantea el sistema eléctrico es que la electricidad no se puede almacenar en grandes volúmenes. Se produce y se consume; es más, la producción se regula casi al minuto en función de la demanda.

AUN INSUFICIENTES Por su parte, el agua y el sol se reparten el 10% restante de la generación eléctrica de la comunidad autónoma. La cifra puede parecer baja, pero se trata de un porcentaje que se ha duplicado en los últimos tres años, sobre todo gracias a la implantación de centrales termosolares. Juntas, centrales hidroeléctricas, fotovoltaicas y termosolares, aportan más de 2.200 GWh/al año, lo que equivale al 46% del consumo anual de electricidad de toda la región. Es decir, que si Extremadura tuviera un sistema eléctrico propio, las fuentes energéticas renovables serían en este momento insuficientes para satisfacer toda la demanda interna. Por tanto, en este momento, la energía nuclear sería imprescindible para la comunidad autónoma en ese hipotético escenario.

No obstante, la región mantiene una fuerte apuesta por las energías renovables. Sobre todo sigue en plena fase de desarrollo e implantación la tecnología termosolar. La semana pasada se inauguró en Majadas de Tiétar la última de las seis plantas de este tipo que ya hay operativas en la región; y existen otra decena más en construcción o en fase de proyecto. Además, para el 2013 está previsto que puedan entrar en funcionamiento los primeros generadores eólicos.

Según las previsiones de la Junta de Extremadura, la comunidad producirá este año energía procedente de fuentes renovables equivalente al 90% de la electricidad que se consume en la región; es decir, unos 4.000 GWh.