Podría ser hasta el slogan de una campaña publicitaria: Consuma productos extremeños; coma jamón de Guijuelo y Huelva o carne de Avila, todo ello regado con cava catalán , y no se estaría engañando, ya que esas cuatro denominaciones de origen se nutren de producciones de la región.

El caso más extremo es el de Guijuelo, donde el 60% (hasta el 90% según algunas fuentes) del jamón que se comercializa con esa vitola de calidad se ha criado en las dehesas extremeñas. El caso se repite, aunque no en la misma medida, en la DO Jamón de Huelva, que también toma prestados cerdos extremeños, especialmente de las sierras del suroeste.

En cuanto a la Carne de Avila, que para más inri es Indicación Geográfica Protegida, se nutre parcialmente de terneras, añojos y novillos que han estado pastando durante toda su vida (entre diez meses y tres años, según el tipo) en el los campos del este de Extremadura.

En cuanto al cava, cierto es que la mayor parte de su producción sale de viñedos catalanes, pero también que, al menos un sorbo, tiene sabor a Almendralejo, de donde toma una parte de su producción, cifrada en más de 200.000 botellas.

Estas actuaciones, con ser legales, no dejan de suponer para Extremadura una pérdida importante de valor añadido, que va a parar a transformadoras foráneas.