Los planes de salud bucodental infantil que existen en España tienen su referente en el norte: el Programa de Asistencia Dental Infantil (PADI) del País Vasco --el de Navarra es similar--, que se ha convertido en el modelo en el que han basado sus proyectos otras comunidades autónomas, como Extremadura, Andalucía, Cantabria o Madrid, entre otras.

Como ha ocurrido en Extremadura, el Ejecutivo vasco puso en marcha el PADI en 1990, tras conocer los alarmantes datos del estudio epidemiológico de salud dental infantil, en el que se ponía de manifiesto que la mitad de la población menor de 15 años no había acudido nunca a una consulta dental, así como el elevado porcentaje de menores que tenían problemas de caries.

Desde entonces, el proyecto ha demostrado ser asumible económicamente y, lo que es más importante, se ha convertido en la mejor opción en cuanto a prevención de enfermedades bucodentales. En 14 años de existencia, el programa vasco ha logrado duplicar el número de niños sin caries.

Los fines

El objetivo del PADI en sus inicios era lograr que en una década al menos la mitad de los niños de 12 años estuviera libre de caries en dentición permanente y el 60% de los de 7 años no tuviera caries en su dentición temporal. Para ello también se trabajó en la optimización del nivel de fluoruro en el agua de consumo público, así como en la promoción de hábitos alimenticios saludables en las escuelas.

Otro de los aspectos que llamó la atención en las demás comunidades autónomas fue la buena cobertura alcanzada por el programa del País Vasco, gracias a la concertación mantenida con centros privados, lo que permitió aplicar progresivamente su radio de actuación. Al igual que en Extremadura, el PADI comenzó abarcando a los niños de siete años, al año siguiente se aplicó a los de siete y ocho, y así hasta englobar a los niños de entre siete y quince años, algo más de 150.000.

Las comunidades autónomas interesadas recogieron la idea esencial del PADI y la adaptaron a sus necesidades y recursos. Uno de los ejemplos más curiosos es el de La Rioja.

El programa riojano, que acaba de ampliar la atención bucodental hasta los 16 años, ya que en principio se llevaba a cabo desde los 6 a los 13 años, tiene una diferencia con respecto a las otras regiones, y es que la Consejería de Salud cuenta con recursos humanos y materiales propios.

La Rioja dispone de cinco unidades de salud bucodental y cada una de ellas cuenta con un médico odontólogo y un higienista dental. Tras la exploración odontológica se deriva a las unidades de salud bucodental a todos los niños de entre 6 y 16 años que presenten fisuras o surcos profundos en molares definitivos sin caries, caries en dientes definitivos, caries ausente, dientes careados u obturados y mala higiene oral.

Pero además, la comunidad riojana presta atención a la población escolar con edad comprendida entre 2 y 5 años, que están fuera del plan de salud bucodental. Para ellos se han incrementado las actividades educativas encaminadas a la prevención, con la participación de profesionales de la salud pública, la atención primaria y el propio personal de los centros de enseñanza.

Estos profesionales se encargan desde la exploración de la cavidad oral en niños menores de dos años, hasta la enseñanza del adecuado cepillado dental a los niños de 3 a 5 años.

Otra de las comunidades en las que las actuaciones preventivas están dando buenos resultados es Valencia. El 68% de los escolares de 12 años y siete de cada diez niños de seis años están libres de caries. Ahora le toca el turno a Extremadura.