No hay pleno más especial que el que se celebra cada cuatro años para nombrar a la nueva corporación municipal, por mucho que no se vote ‘mina sí o mina no’, o que tampoco haya una tangana sobre cualquier asunto turbio de urbanismo. Éste es el pleno por excelencia, donde no cabe un alma y hasta se retiran las mesas de la prensa porque no cabe un alfiler. Aquí se escribe de pie, se mira de pie, se cotillea de pie. Los asientos están prácticamente repletos de todas las autoridades habidas y por haber: subdelegados del Gobierno y Defensa, representantes del Cefot, de la Iglesia y de las fuerzas de seguridad, cargos judiciales, exalcaldes, exconcejales, hijos adoptivos de la ciudad, cronistas...

Pero sin duda lo más típico y tópico es comprobar quién jura y quién promete..., quizá por eso de entretenerse durante las 25 tomas de posesión de los concejales. En PP y Vox todos juraron por su «conciencia y honor» cumplir «fielmente» las obligaciones del cargo de concejal, «con lealtad al Rey», y guardar y hacer guardar la Constitución «como norma fundamental del Estado». En el PSOE, salvo José Ramón Bello (que juró), prefirieron prometer, lo mismo que Ñete Bohigas y Raquel Preciados de Ciudadanos, mientras que sus compañeros Francisco Alcántara, Antonio Ibarra y María del Mar Díaz optaron por el juramento.

Unidas por Cáceres (Podemos) escogió la promesa e introdujo la frase «por imperativo legal» antes de expresar lealtad al Rey. Su nuevo edil, Raúl Martín (IU), eligió una fórmula propia para comenzar: «Sin renunciar a mis valores republicanos...».

Un crisol de sentires y quereres que deberán ponerse de acuerdo para que Cáceres pueda avanzar entre 2019 y 2023. De momento ayer mostraron voluntad de diálogo, pero ayer, ciertamente, era un día especial. Algunos no pudieron ocultar la emoción en su voz, como Fernanda Valdés, al tomar posesión. Otros, como la exalcaldesa Elena Nevado, acudieron a despedirse de la que ha sido su casa. Por cierto que lo hizo de blanco, un color que escoge en grandes ocasiones (por ejemplo en su última investidura).

Pero también hubo quién aprovechó el atuendo para reivindicar, como Paula Rodríguez, del PSOE, que llevaba una camiseta con sentencia: ‘Girls can do anything’ (‘las chicas pueden hacer cualquier cosa’). Por cierto que esta concejala constituyó la mesa de edad al ser la más joven, junto al concejal de Vox, el más mayor, que la presidió.