Las dos cajas de ahorros extremeñas cerraron el 2009 con una cifra de beneficios sensiblemente inferior a la del año anterior. En el caso de Caja Extremadura, descendieron un 20,5%, hasta los 42,7 millones de euros (resultado consolidado del ejercicio), mientras que en el de Caja Badajoz lo hicieron en un 73,4%, hasta los 9,4 millones.

Desde ambas entidades se explicó ayer que el descenso de beneficios se había debido fundamentalmente a las políticas de "prudencia" que se están desarrollando y que les han llevado a destinar buena parte de sus ingresos a realizar provisiones. Además, también destacan que sus ratios de cobertura o de morosidad se encuentran por encima de la media del sector.

Son tres los tipos de provisiones por riesgo de insolvencia de activos a los que las entidades financieras tienen que hacer frente. En primer lugar, las específicas, destinadas a cubrir las operaciones morosas (aquellas en las que han pasado al menos tres meses desde el primer impago). En segundo, las genéricas o anticíclicas, que tienen que hacerse en función del volumen de crédito vivo no moroso y cuyo objetivo es reforzarse para poder afrontar periodos de dificultad. Igual que las específicas, tienen un carácter obligatorio. Por último, las subestándar, que se constituyen para cubrir operaciones que, no habiendo entrado en mora, sí se engloban dentro de los sectores económicos o de clientes que presentan un mayor riesgo inherente. Son voluntarias.

Miguel Angel García Redondo, director de Intervención y Control de Riesgos de Caja Extremadura, destaca que esta entidad destinó el año pasado a provisiones un total de 91 millones de euros (más del doble de lo que obtuvo finalmente de beneficios), de las que en torno a un 60% fueron subestándar "realizadas por criterios de prudencia en previsión de futuras operaciones en morosidad". De la misma manera, resalta que la caja ha decidido mantener el nivel máximo dentro las provisiones genéricas (existe una horquilla dentro de la cual pueden moverse las entidades).

Por su parte, en Caja Badajoz también resaltan que el aumento de la morosidad que se ha experimentado de forma generalizada en el sector "ha obligado a hacer mayores dotaciones". De la misma forma, detallan que en el 2008 los beneficios de esta entidad cayeron muy por debajo de la media del sector, lo que de alguna manera ha hecho que la caída se acuse más ahora.

A nivel nacional, el sector redujo beneficios un 31,3% (hasta los 4.947 millones de euros) y solo dos cajas registraron pérdidas: Cajasur, en proceso de fusión con Unicaja, con alrededor de seiscientos millones de euros, y Caja Castilla-La Mancha, que si bien las redujo en un 23,4% respecto al 2008, perdió 566,2 millones de euros.

INTERTRIMESTRAL Si lo que se toma como referencia es solo el cuarto trimestre, serían cerca de una veintena las cajas con pérdidas. En el caso de las extremeñas, las dos mantuvieron ganancias, aunque muy escasas: Caja Extremadura de alrededor de 253.000 euros y Caja Badajoz de unos 130.000 euros. Sea como fuere, desde la CECA se subraya que "cada trimestre responde a unas estrategias y circunstancias de mercado diferentes", por lo que restan validez a este tipo de análisis. En este sentido, explican que la reducción de beneficios desde el tercer al cuarto trimestre se produce por las dotaciones para provisionar posibles pérdidas por deterioro de activos no financieros (inmuebles), "cuya valoración solo se realiza al final del ejercicio, y no pueden ser periodificadas a lo largo del año" e inciden en que mayores dotaciones no significa que necesariamente haya un mayor deterioro de activos, "ya que en muchas ocasiones las entidades hacen mayores dotaciones de las estrictamente necesarias para poder afrontar con mayor fortaleza los próximos ejercicios". A juicio de la patronal de las cajas, "siempre hay que tener en cuenta que una provisión no es una pérdida, más bien es una "hucha".