La puesta en marcha del proyecto de refinería ha recibido hasta la fecha tantos apoyos como críticas. Desde su presentación, la iniciativa empresarial del Grupo Gallardo ha contado con un notable rechazo, sobre todo entre algunos sectores productivos de la zona donde se prevé su ubicación, la comarca de Tierra de Barros.

Frente a la importante generación de riqueza y empleo que supondrá su puesta en marcha en Extremadura, los detractores argumentan sus repercusiones medioambientales, sobre la actividad agraria o la salud de la población que se encuentre en su radio de acción. Algunos colectivos agrarios y la asociación que aglutina a las empresas vinícolas de la comunidad ya se han posicionado claramente en contra de la refinería.

La Plataforma Refinería No --que hasta la fecha ha realizado actos informativos en 18 municipios de la región-- lleva ya recogidas unas 15.000 firmas contrarias a la instalación de este proyecto. Este colectivo defiende que tras la plataforma no hay ningún interés político. Hasta el momento, sólo IU se ha posicionado claramente en contra. Desde las filas del PP se mantiene una posición indefinida hasta se concrete aún más las repercusiones del proyecto.