La línea de alta velocidad Madrid-Extremadura-Lisboa comienza a ser un atisbo de realidad, pero hasta que el proyecto ha llegado a ese punto se ha recorrido un camino al menos tan largo como el que aún falta para que llegue a materializarse completamente. De hecho, han pasado ya casi cuatro años desde que los Gobiernos español y portugués, encabezados por sus entonces presidentes --José María Aznar y José Manuel Durao Barroso, respectivamente--, se comprometieron a que el AVE extremeño estaría en funcionamiento en el 2010.

De momento, sólo se han licitado las obras de un tramo entre Montijo y Badajoz. El resto, por unas cuestiones u otras, está más paralizado. Y es que todavía existen muchas incertidumbres sobre el trazado de esta línea ferroviaria. Una de ellas es la ubicación de las paradas. Desde Madrid, parece que Talavera de la Reina, Navalmoral, Plasencia, Cáceres y Badajoz, antes de entrar en terreno luso, tendrán su estación. Pero la existencia de distintas alternativas y de planes aún en fase de estudio contribuyen a la incertidumbre. Es lo que ocurre por ejemplo en la capital pacense, donde no está totalmente claro si el apeadero de la línea de alta velocidad estará en el centro de la ciudad.

No es la única incógnita. El trazado inicial ya ha sido modificado en varias ocasiones para respetar la normativa de impacto ambiental y, de hecho, aún se está elaborando un nuevo estudio informativo para enlazar Navalmoral y Plasencia con Cáceres con el menor daño a parajes naturales como Monfragüe o las distintas Zonas de Especial Protección de Aves existentes en las inmediaciones de la ciudad cacereña. Una posibilidad es que la vía vaya paralela a la Autovía de la Plata hasta llegar al río Tajo y después desviarla hasta la actual línea férrea. La segunda contempla respetar el itinerario ferroviario vigente.

Tramo definitivo

Lo que sí está aprobado definitivamente es el estudio informativo entre Cáceres y Mérida, con algo más de 40 kilómetros de recorrido y que también sigue el corredor actual de los trenes de Renfe. A partir de ahí, el siguiente punto conflictivo es Badajoz y la ubicación final de su parada, ya que desde algunos sectores se reclama que esté situada en la frontera portuguesa y sea una estación internacional entre Elvas y la capital pacense.

Las Administraciones, sobre todo la Junta, siguen confiando en que el AVE extremeño comience a volar en el 2010 a pesar de los diferentes escollos que están encontrando en el camino: inversiones, naturaleza, patrimonio histórico e intereses políticos, entre otros. Lo cierto es que, de momento, la única realidad de la línea de alta velocidad es la aprobación de las licitaciones en un tramo de solo 20 kilómetros.