El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, formuló ayer su denuncia más detallada sobre las violaciones iraquís de las resoluciones de la ONU para su desarme. Su alegato ante un escéptico Consejo de Seguridad se basó en pruebas que calificó de "irrefutables e innegables". Su presentación no cambió la postura de los tres miembros permanentes --con poder de veto-- opuestos a la guerra contra Irak. Francia, Rusia y China se inclinaron por seguir las inspecciones para lograr pacíficamente el desarme. París planteó también triplicar el número de los inspectores.

MATERIAL SECRETO

Armado con fotografías tomadas por los satélites espía de EEUU, grabaciones de conversaciones entre oficiales del Ejército iraquí, declaraciones de desertores de Irak y otras fuentes de espionaje, Powell mantuvo que el presidente iraquí, Sadam Husein, está escondiendo armas de destrucción masiva y tratando de engañar a los inspectores de la ONU. "Está claro --recalcó-- que Sadam no parará hasta que algo le pare", lo que EEUU está dispuesto a hacer por medio de un ataque militar, con o sin el respaldo de la ONU.

"No debemos encogernos ante lo que nos espera", dijo tras detallar "la acumulación de hechos y las preocupantes pautas de comportamiento" iraquís que, según sostuvo, prueban que Bagdad ha violado sus obligaciones de desarme desde hace 12 años, incluyendo la resolución 1441 aprobada por la ONU el pasado noviembre. Powell acusó a Sadam de disponer de laboratorios móviles no declarados para producir armas biológicas, de construir misiles de largo alcance prohibidos por la ONU y aviones no tripulados para diseminar sustancias químicas. Además, presentó pruebas --dijo-- de la vinculación de Irak con la red terrorista Al Qaeda.

LA DEFENSA IRAQUI

El embajador iraquí, Mohammed Al Duri, rechazó las acusaciones estadounidenses por "incorrectas, procedentes de fuentes sin nombre y desconocidas". Al Duri aseguró que la presentación de Powell "no tiene nada que ver con la verdad" e insinuó que las grabaciones "no son genuinas".

El predicamento de Powell en el Consejo de Seguridad de la ONU fue similar al de José María Aznar en su comparecencia de ayer en el Congreso. El presidente español defendió en solitario la necesidad de acometer una intervención militar si Irak no demuestra que carece de armas de destrucción masiva. Lejos de respaldar sus tesis, todos los grupos de la oposición, incluidos sus socios de CiU y CC, le reprocharon su apoyo incondicional a EEUU.

AMENAZA A ESPAÑA

Ante el rechazo de la sociedad española a la guerra, el presidente advirtió de que los vínculos entre Irak y Al Qaeda son una amenaza para España, ya que Bagdad podría dar armas a los terroristas. Pero, aunque el domingo dijo tener "pruebas suficientes" sobre estos lazos, ayer no las mostró.

Aznar reclamó al PSOE que le apoye, igual que el PP respaldó al Gobierno de Felipe González en la guerra del Golfo. El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, le exigió que, en el Consejo de Seguridad, España se oponga a una nueva resolución que autorice la guerra. Zapatero rechazó la ofensiva con o sin aval de la ONU, y pidió que ésta dé a sus inspectores "tiempo y medios" ilimitados.

El clamor contra la guerra se dejó oír en el hemiciclo. Desde la tribuna actores y cineastas fueron desalojados al exhibir camisetas contrarias a la guerra. Medio millar de personas se manifestaron a las puertas del Congreso.