Objetivo cumplido. En una campaña de intensidades tan distintas, con los socialistas buscando el cuerpo a cuerpo y los populares rehuyéndolo a toda costa, la estruendosa exhibición de músculo del sábado en Dos Hermanas, donde el expresidente Felipe González y el exvicepresidente Alfonso Guerra sugirieron sin prueba alguna que el PP había tratado de retrasar el fin de ETA, ha servido para que Mariano Rajoy, por fin, baje un poco a la arena. El PSOE, dijo el candidato del PP tras el acto sevillano, se ha "quedado en el pasado". "Hay veces en que uno alza la voz y la caverna se pone furiosa", señaló ayer con satisfacción González. "Cuanto más nerviosos se pongan, más sacaré a Felipe", añadió Alfredo Pérez Rubalcaba.

Fue en Valencia, ante unas 10.000 personas. El aspirante del PSOE, tras sus últimos cánticos contra la apatía progresista, tra- zó a sus simpatizantes la línea que deben seguir para acortar la enorme distancia que le separa del adversario. Hay que buscar el voto casa por casa: "La gente que está en casa no va a venir a nosotros --reconoció--. Debemos ir nosotros a dar la cara. Tenemos que ir donde están los votantes a decirles 'esto es lo que hemos hecho, esto es lo podríamos haber hecho de otra manera y esto es lo que vamos a hacer'. Dad la cara, compañeros, y veréis cómo cambian las encuestas".

Rubalcaba, no podía ser de otra forma ante la cruda realidad demoscópica, ha empezado la campaña con fuerza. Dos de sus tres actos más multitudinarios --el sábado en Dos Hermanas y ayer en Valencia-- los ha llevado a cabo en este primer tramo. Falta el del próximo domingo en Zaragoza, donde también estará acompañado por González, el imán al que se agarran los socialistas para que su electorado tradicional, crítico con José Luis Rodríguez Zapatero, vuelva al redil.

Hay reparto de papeles entre el candidato y el expresidente. El primero lleva el traje de estadista, centrado en sus propuestas. El segundo hinca los dientes al rival para que este le responda y él a su vez replique, y el PP vuelva a contestar y se vaya creando así una espiral de tensión electoral que, hasta el momento, había brillado por su ausencia.

"Rajoy dice que él representa el futuro --recordó González, que esta vez no citó a ETA--. Y yo pienso: '¿En qué?'. Puede tener futuro, por ejemplo, en una tumbona en Santa Pola cerca del registro de la propiedad el candidato del PP es registrador de profesión. ¿Pero futuro como líder de España? El cambio que propone el PP es una utopía regresiva. No pertenece al siglo XXI, sino al XIX. Ayer vi a Rajoy con cara de estar en un casino del XIX, jugando la partida, y pensé: 'No puede ser que él sea el futuro y yo el pasado'. ¡No puede ser!". Para el expresidente, si el líder de los conservadores llega a la Moncloa su única labor de gobierno consistirá en decirle esto a la canciller alemana, Angela Merkel: "Sí, bwana ".

DOS VÍAS

Aunque se detuvo en los casos de corrupción del PP en la Comunidad Valenciana --"de tanto buscar facturas de trajes, se han olvidado de los ciudadanos"--, Rubalcaba se ocupó de los motivos por los que, a su juicio, hay que votar a los socialistas. Sus palabras fueron similares a las pronunciadas en la campaña de las elecciones catalanas, con poco éxito, por el entonces candidato del PSC, José Montilla. "Solo tenemos dos caminos --expuso Rubalcaba--. Uno es salir de la crisis con todos, sin dejar a nadie atrás. El otro es que a quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga. Nosotros somos del primero. Se puede salir con solidaridad o con egoísmo social. Haced valer ante los ciudadanos nuestros valores. Esta sociedad se ha equilibrado porque ha tenido valores socialdemócratas".