A la vista del resultado de las urnas del 25 de mayo y mirando hacia las elecciones generales del 2004, la dirección del PSOE se está replanteando su estrategia electoral. Los socialistas estudian si les conviene mantener su acoso a José María Aznar o, por el contrario, prescindir de él y recuperar su política de oposición suave.

Aunque la oposición tranquila es la que encaja mejor con el talante de Rodríguez Zapatero, los niveles de agresividad hacia el PSOE que Aznar introdujo en la reciente campaña dificultan la vuelta a la moderación dialéctica. El debate interno en el PSOE puede prolongarse algún tiempo, pero está fuera de duda el mantenimiento del partido unido tras Zapatero.

Según algunos dirigentes, los ataques del PP a la "coalición radical Zapatero/Llamazares" no tuvieron una respuesta suficiente por parte de los socialistas. El líder del PSOE denunció la "coalición del Gobierno con los especuladores" y recordó que el PP mantuvo en la primera legislatura de Aznar su pacto con el PNV, incluso cuando éste había negociado con ETA.

TRABAJAR POR EL CENTRO

Otros socialistas sostienen que el PSOE ha cubierto correctamente su flanco izquierdo, y como IU completa la parcela restante, el trabajo debe orientarse hacia el centro. Un centro que, cara a la cita del 2004, pueda atraer a votantes desencantados del PP por lo que habría que evitar poner a Aznar en la picota.

El secretario de organización del PSOE, José Blanco, admitió ayer en el Foro de Debate Alternativas: "Hay que agudizar y perfilar la estrategia socialista y trabajar con más gente cara a las elecciones generales". Antonio Franco, director de El Periódico de Catalunya , e Iñaki Gabilondo, director del programa Hoy por Hoy , de la SER, coincidieron en que Zapatero necesita reforzar su equipo.