Una amplia mayoría del PSOE respaldó ayer la entrada del presidente de la Junta de Extremadura y secretario regional de su partido, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en la nueva Ejecutiva Federal de los socialistas, que fue apoyada por más del 96% de los delegados presentes en el XXXVI Congreso del PSOE.

Tras muchas horas de negociaciones y contactos durante toda la tarde y noche del sábado, finalmente el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decidió incluir a Ibarra en la nueva dirección del partido como secretario ejecutivo. Además, en la Ejecutiva también estarán el primer secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, y los ministros de Trabajo, Jesús Caldera, y de Justicia, Juan Fernando López Aguilar.

Rodríguez Ibarra subrayó que Zapatero ha escuchado todas las sensibilidades del partido "y al final ha hecho la Ejecutiva que ha considerado oportuna". Para el presidente de la Junta, la opción aprobada es "una sabia decisión" que debe servir a su líder "para estar cuatro años al frente".

En cuanto a si la fórmula elegida servirá para contentar a todos los sectores socialistas, Ibarra recalcó que "no a todo el mundo" se le puede reconocer "al cien por cien" en un equipo de dirección, aunque está convencido de que "todo el mundo está satisfecho", señaló.

EL ´VIEJO´ PSOE Preguntado por su propia designación como secretario ejecutivo, el presidente extremeño hizo hincapié en que José Luis Rodríguez Zapatero le ha situado en la Ejecutiva más por "viejo" que por representante territorial: "Me pone por intentar unir ese nuevo PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero con lo que es el viejo PSOE, que en cierta medida yo puedo contribuir a unir para que todos los sectores se sientan representados ahí".

También se pronunció sobre la inclusión de Montilla, que a su juicio "responde a la situación del PSOE", que mantiene una relación "muy intensa" con el PSC, una organización que "siempre" ha estado presente en la dirección socialista.

Tras lograr el respaldo masivo a su nueva Ejecutiva, Zapatero aseguró que el XXXVI Congreso del partido supondrá un "impulso decisivo" al progreso de España, instó a los socialistas a no caer en la autocomplacencia ni "mirar por encima del hombro" y sentenció: "qué útil fue la oposición útil".

Zapatero agradeció la confianza recibida y consideró que se abre una etapa de cambio para España después de que el Congreso del año 2000 abriera una nueva etapa. Advirtió de que los españoles tienen puesta su esperanza en el PSOE y hay que intentar responder a ello "con respeto y tolerancia al adversario".

Para Zapatero, el XXXVI Congreso ha sido "muy tranquilo, pero ha sido un Congreso con mayúsculas" y de él ha salido una dirección "integrada e integradora, coherente y consistente" y que debe preparar un proyecto nuevamente ganador para el año 2008. Tras instar a que ningún socialista calle sus críticas, Zapatero continuó su intervención subrayando que, si en el año 2000 convocó a los socialistas a la esperanza, hoy su llamada era para "forjar una España de los ciudadanos".

El líder socialista señaló que el PSOE es el primer partido de España por historia y por respaldo electoral.