El primero en señalar al PP fue Gaspar Zarrías, responsable de Relaciones Institucionales del PSOE: "Sería bueno que Rajoy y Pons respondieran a una pregunta, pues esa respuesta es hoy si cabe más urgente: ¿qué han tratado con los controladores?, ¿de qué han hablado con ellos en las últimas semanas? Desgraciadamente, me espero lo peor". Después se sumó el ministro de Fomento, José Blanco, que aseguró que le consta que el PP se ha reunido con los técnicos. "Les han hecho, a mi juicio, el juego, y les han generado algunas expectativas", dijo Blanco. Los conservadores negaron la existencia de esos encuentros y aseguraron que el martes advirtieron a Blanco de que en Galicia y Canarias se empezaban a detectar problemas graves.

La huelga salvaje de los controladores, que ha dejado colgados en los aeropuertos españoles y extranjeros a miles de pasajeros, no dio tregua ayer al enfrentamiento entre los dos grandes partidos. González Pons, el vicesecretario general de Comunicación del PP, preguntó al Gobierno por qué no retrasó la aprobación del decreto que recordaba a los técnicos qué horas se pueden computar como trabajadas y cuáles no (por ejemplo, las bajas médicas) y decidió hacerlo en vísperas del puente "más importante del año". Pons ofreció "toda la colaboración" del PP al Ejecutivo para "poner fin al caos" causado por una huelga "salvaje e inoportuna". Esa presunta mano tendida fue rechazada por el PSOE. A los pocos minutos, Zarrías compareció en la sede de Ferraz para acusar al partido de la oposición de situarse "al lado de presuntos delincuentes".