La mayoría de los pueblos se quedan vacíos, ¿puede un almacén nuclear evitarlo? Es lo que esperan los ayuntamientos que han presentado sus candidaturas para albergar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) y de los que quedan ocho aspirantes definitivos, Albalá entre ellos, según la lista que publicó el Ministerio de Industria el lunes. Aventurar la respuesta sería como intentar predecir el futuro, pero lo que sí es posible es analizar qué ha ocurrido en el único sitio que existe en España parecido al que se proyecta construir: el Almacén Centralizado de Residuos de Media y Baja Actividad de El Cabril, ubicado al norte de Córdoba y en el límite con Extremadura.

No es exactamente lo mismo porque, como su propio nombre indica, el almacén cordobés solo recibe residuos de media, baja y muy baja actividad. Además, los cuatro municipios de su entorno (Hornachuelos --en cuyo término se sitúa-- y Fuente Obejuna en Córdoba y Alanís y las Navas de la Concepción en Sevilla) solo se repartieron 1,9 millones de euros el año pasado, frente a los 6 que el Ejecutivo central promete ahora para la nueva infraestructura, que también contaría con un centro de investigación, que no existe en el caso de El Cabril.

Este "agravio comparativo" es una de las reclamaciones de los alcaldes de estos municipios, que ya se están organizando para exigir al Ministerio de Industria que mejore las compensaciones que reciben por convivir con la instalación de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). Asimismo, se quejan de que --a diferencia de ahora-- ellos no decidieron albergar el almacén, ya que su localización les fue impuesta por tratarse de un punto en que la Junta Nuclear --en la época franquista-- empezó a trasladar los residuos de las centrales a este punto, donde previamente había sido explotada una mina de uranio.

ESCASO IMPACTO ¿Pero qué ha pasado desde que en 1992 comenzara a funcionar el almacén de El Cabril tal y como es ahora? ¿Supone para los pueblos de la zona un tirón de desarrollo? Pues parece que escaso, a tenor de los datos. No hay ningún estudio reciente que haya analizado en profundidad esta cuestión, pero con solo echarle un vistazo a las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), queda claro que El Cabril no ha logrado evitar la sangría en los censos de los pueblos de su entorno.

De hecho, los cuatro del ámbito de influencia del almacén han perdido, de media, a uno de cada diez de sus habitantes entre 1991 y el 2009. Eso sí, la reducción demográfica se agudiza en Fuente Obejuna (donde alcanza el 16,7%) y es más leve en Hornachuelos (8%), el pueblo en cuyo término municipal está El Cabril y, en consecuencia, que más compensaciones recibe --en concreto, el 50%; le sigue Fuente Obejuna con un 26% y el 24% se reparte entre Las Navas de la Concepción y Alanís--.

Tampoco los índices económicos arrojan mejores resultados. Así lo demuestra el Anuario Económico de España 2009 La Caixa, según el cual la tasa de desempleo empeora desde 1996 en todos los pueblos cercanos al almacén nuclear, salvo Alanís, donde baja levemente. De nuevo es Fuente Obejuna la localidad que presenta los peores resultados, con un índice de paro sobre la población total del 13%, cuando la inmensa mayoría de los municipios se quedan por debajo del 10%.

En cuanto a las actividades industriales, los cuatro municipios presentan índices muy modestos en el 2008 que apenas registran cambios con respecto al 2003, excepto en Las Navas de la Concepción, donde bajan un 10%. También esta localidad sevillana es la más castigada por la desaparición de bares y restaurantes en el mismo periodo, que disminuyen un 57,1%, una caída que se repite, aunque más suave, en todos los pueblos cercanos a El Cabril.