Como es tradicional en la resaca de las elecciones, los dos grandes partidos hicieron ayer una valoración triunfalista de los resultados de los comicios europeos del domingo. Crecido por sus inesperados 23 escaños en la Eurocámara, Mariano Rajoy dio el pistoletazo de salida para el congreso nacional del PP del próximo otoño, que, salvo sorpresas, afianzará su liderazgo. A su vez, José Luis Rodríguez Zapatero afronta su cónclave federal de julio con la tranquilidad de sumar su tercera victoria electoral en un año.

Para el PSOE, la ventaja de dos puntos sobre el PP demuestra que el cambio político producido en las generales se ha consolidado y debe llevar a los conservadores a reconocer que "el 14-M no fue un espejismo". El secretario general de los populares, que durante toda la campaña planteó el 13-J como un plebiscito de que la victoria socialista de marzo se debió a los atentados de Madrid, alegó ayer que su partido "nunca" asumió las europeas como una "segunda vuelta o ratificación de nada" y que fue el PSOE el que habló de reválida.

CONTRADICCION En clara contradicción con lo dicho por Rajoy, el cabeza de lista del PP, Jaime Mayor, envió ayer una carta a los militantes en la que sostiene que la sociedad demostró el 13-J que "es madura" y que "no admite manipulación ni engaño". Rajoy prefirió poner el acento en su futuro al frente del partido. La cúpula del PP, reunida en la calle de Génova, celebró los resultados del 13-J. En posterior rueda de prensa, Rajoy anunció que la junta directiva nacional aprobará el lunes la convocatoria del congreso para la última semana de septiembre o la primera de octubre.

El secretario general del PP confió en que el cónclave "salga bien" y dijo que en la ejecutiva de ayer detectó un "muy buen ambiente" y una actitud favorable de los líderes regionales: "El PP ha superado la adversidad" tras el revés de las generales.

El congreso trienal del PP debía celebrarse en enero del 2005. Sin embargo, tras su designación en agosto pasado como secretario general del partido y sucesor de José María Aznar, Rajoy anunció su voluntad de adelantar el cónclave para otoño con el fin de afianzar su liderazgo. Ayer, apenas un día después de las europeas, activó la maquinaria con ese fin. Rajoy se postulará para presidente del PP, cargo que ostenta Aznar pese a haber cedido sus poderes a Rajoy.

REFORMAS ESTATUTARIAS A la pregunta de si apostará por el continuismo respecto a Aznar, Rajoy avanzó que mantendrá las "líneas básicas" en asuntos como la lucha antiterrorista, la aproximación a EEUU o la estructura territorial de Estado. En este terreno, sostuvo que los resultados del domingo --que otorgaron al PSOE y al PP el 88% de los escaños-- deben propiciar un acuerdo entre el Gobierno y el principal partido de la oposición para acometer las reformas constitucional y estatutarias.

Rajoy señaló su disposición a revisar la línea del partido en otros temas. Y citó la "precariedad laboral", lo que es una crítica a la política de creación de empleo del anterior Gobierno, que Aznar esgrimió bandera.

En la sede socialista de la calle Ferraz también se respiraba "satisfacción". "Confío en que el resultado cierre el capítulo de deslegitimación de lo que votaron los ciudadanos libremente en las generales", reclamó al PP el secretario de organización del PSOE, José Blanco.

El presidente del Gobierno y líder del partido, José Luis Rodríguez Zapatero, quitó hierro a la histórica abstención registrada el domingo y valoró que los ciudadanos optaran por desoír el revanchismo que, a su juicio, imprimió el PP a la campaña. Contagiado por el ambiente de la Eurocopa, el presidente estimó que los españoles se tomaron el 13-J como "un partido amistoso" en lugar de verlo como un encuentro "de Liga".

"El PSOE ha ganado las tres últimas elecciones consecutivas de carácter general en España. Tres de tres", celebró Blanco. Y destacó la relevancia de esta última victoria en un escenario de alta abstención, que históricamente perjudica a la izquierda.

Con la calma del vencedor, el PSOE dedicará los próximos días a asegurarse un 36.º congreso federal de relumbrón. Blanco descartó que vaya a ser de "celebración", aunque aclaró que no hay nubes que puedan ensombrecer el paseo de Zapatero, que aspira a la secretaría general con la certeza de salir reelegido tras las victorias electorales.