La apelación de José Luis Rodríguez Zapatero a la unidad contra el terrorismo fue recibida ayer con manifiesta frialdad por Mariano Rajoy. El presidente del PP exigió al jefe del Ejecutivo que abandone la "ambigüedad" y le reclamó "hechos y pruebas" de que va a "rectificar" y que "ya no habrá ninguna cesión ni ninguna negociación con ETA". Para Rajoy, la unidad pasa por la vuelta al pacto antiterrorista, que contempla, dijo, la derrota de los violentos mediante la ley y el estado de derecho.

El líder conservador hizo estas declaraciones en una comparecencia de prensa sin preguntas, en Vitoria, poco antes de reunirse con el comité ejecutivo del PP en el País Vasco. En su intervención, Rajoy insistió en una crítica recurrente al presidente del Gobierno: la de que utiliza un lenguaje de medias tintas en materia antiterrorista con el propósito de reanimar el proceso de paz en Euskadi.

DERROTA "SIN ATAJOS" Rajoy, que la próxima semana se reunirá en la Moncloa con el jefe del Ejecutivo, auguró que la banda "será derrotada como corresponde: con la ley, el Estado de derecho, sin atajos ni negociaciones". Para conseguir ese objetivo, solicitó a Zapatero que "active todos los mecanismos propios de un Estado democrático" y abandone el principio de cualquier negociación con ETA.

El jefe de los populares se declaró orgulloso" de sus compañeros de partido en el País Vasco, de quienes dijo "han sufrido mucho a ETA", e insistió en que "ceder" en la lucha antiterrorista constituye un error que solo sirve para fortalecer a la banda. No tuvo Rajoy ninguna palabra de apoyo para los miembros de otras formaciones, en especial del PSOE, que también han padecido en sus carnes la acción criminal etarra.

"GRAN NACION" "España es una gran nación con más de 40 millones de habitantes, y unos terroristas no pueden ni van a doblegar la voluntad mayoritaria de los españoles que quieren vivir en libertad y ejercer sus derechos como los ciudadanos de cualquier país democrático", afirmó el presidente del PP.

Antes de la comparecencia de Rajoy, el portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, fue más tajante respecto a lo que su partido espera del Gobierno. Según Zaplana, debe ser "más inmediato que nunca" que el Ejecutivo asuma "tres" medidas: la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca (ANV), el reingreso en prisión del etarra Iñaki de Juana Chaos y el cambio de la política del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, en la lucha contra el terrorismo.

En rueda de prensa en la Cámara baja, Zaplana consideró necesario abrir con urgencia un proceso de ilegalización de ANV, bajo cuyas siglas se presentaron en las últimas elecciones municipales vascas numerosas agrupaciones que, según el PP, no son otra cosa que tentáculos de la ilegal Batasuna. Para el dirigente popular, resulta "inaceptable" mantener "por un momento más" la política de "cesión y protección" a los etarras que, desde su punto de vista, practica el fiscal general.